/ sábado 11 de febrero de 2023

Hospital Porfirio Díaz: el inicio de la atención médica pública en Chihuahua

El edificio ahora conocido como Hospital Central fue construido pensando en atender a la población más desfavorecida de la capital

Memorias de Chihuahua

El Hospital Porfirio Díaz y el higienismo en Chihuahua (primera de dos partes)

El Hospital Porfirio Díaz, conocido actualmente como Hospital Central, fue inaugurado en 1897 bajo el mandato del gobernador porfirista Miguel Ahumada. A 129 años de la colocación de su primera piedra, en esta primera emisión se abordan los principios que dieron lugar a su construcción y los centros médicos en la ciudad que lo antecedieron para dar un panorama histórico que nos sitúe en las problemáticas de su etapa inicial.

De entrada, es importante reconocer que su construcción formó parte de un proyecto integral que involucraba dos importantes ramos del gobierno de la época, donde se debía atender el mejoramiento de las condiciones de la población: por un lado, la “beneficencia”; y por otro, la “salubridad”. Bajo ambos criterios se trataba de construir un hospital que, en efecto, abarcara la asistencia a la población desfavorecida y, asimismo, contemplara los preceptos de la llamada “doctrina higiénica”.

Foto: Cortesía | Archivo General del Estado de Chihuahua, Archivo Histórico


Ahora bien, en el siglo XIX se habían adoptado en Chihuahua los principios básicos de una corriente teórica llamada higienismo o doctrina higiénica, en donde se planteaba que la salubridad de las ciudades provenía del saneamiento del medio ambiente a través de la infraestructura adecuada para ello. La obra pública construida con esos parámetros debía, entonces, favorecer a la extinción de “toda clase de condiciones propicias al desarrollo de gérmenes morbosos” evitando así enfermedades, su propagación y la mortalidad. Esto era un concepto preventivo de la salud con amplia aceptación en el modelo de ciudades modernas, puesto en marcha en las políticas públicas de la época tanto en Europa como en México que, por supuesto, se intentó aplicar en Chihuahua entre 1892-1903 iniciado bajo el proyecto integral de obras de Miguel Ahumada.

En una memoria de administración de 1896 se sugiere que las razones para el establecimiento del hospital estaban orientadas a la salubridad e higiene:1) se consideraba que el anterior centro médico era insuficiente por el aumento de la población. 2) se asumía que su ubicación en el centro de la ciudad (en el actual edificio héroes de reforma) era errado, debía colocarse lejos de zonas conurbadas por los “grandes peligros de contagio en el desarrollo de cualquier epidemia”.

Asimismo, en un informe de 1902 se asentaron las razones en ese mismo sentido. El anterior hospital, se expresó, “estaba muy lejos de llenar no ya satisfactoriamente, pero ni aun de manera mediana las condiciones de higiene”, y por “las crecientes exigencias de la capital en el ramo de salubridad pública, determinó al Gobierno á emprender la construcción de un nuevo Hospital”.

Fue, precisamente, el principio de las doctrinas higiénicas el fundamento para la creación de un nuevo hospital en la capital de Chihuahua, junto a un circuito de obras tendientes a mejorar las condiciones de vida en la población, tales como el “Instituto Basinógeno” (un centro de conservación y distribución de vacunas); el Instituto de Sanidad, la red de drenaje, la entubación del agua potable, una filtradora, la plantación de árboles, y un programa de limpieza periódica de las calles.

Es de recalcar, entonces, que el Hospital Porfirio Díaz, como centro de beneficencia, estuvo vinculado al proyecto integral de obras relativo a la salubridad pública de 1892-1903.

Foto: Cortesía | Archivo General del Estado de Chihuahua, Archivo Histórico


Sin embargo, antes de su construcción, Chihuahua no estuvo completamente desatendida de centros de salud o de personas que ejercieran rudimentos de la práctica médica. Desde el periodo virreinal la antigua Villa de San Felipe contaba con la asistencia intermitente de protomédicos, parteras, cirujanos o boticarios que ejercían su oficio bajo un precepto que podría entenderse de carácter privado.

A pesar de ello, la salud abordada desde las autoridades locales como problemática social y política, fue iniciada hasta la segunda mitad del siglo XVIII. Precisamente, en 1791 se formó un hospital militar localizado en el ex-Colegio de Nuestra Señora de Loreto de los jesuitas expulsados (actual Museo Casa Chihuahua) con actividad intermitente hasta su clausura en 1853. A raíz de los brotes epidémicos se instituyeron las Juntas de Sanidad en el periodo borbónico y republicano. Asimismo, desde 1802, se efectuaron programas organizados de vacunación que buscaron acabar con los constantes brotes de viruela. Por otra parte, en 1874 se formó un nuevo hospital civil con capacidad de 40 pacientes, el mismo que hubieron de criticar bajo los preceptos higienistas.

Pero a pesar de esos antecedentes en que las autoridades tomaron medidas de salud pública, el camino de los centros médicos en el ámbito del Estado Moderno tenía aún un largo camino por recorrer en Chihuahua. Solo con la fundación del Hospital Porfirio Díaz y su proyecto de atención en base a la higiene hubo una institución financiada por el estado de largo alcance que, con sus cambios, perdura aún hasta nuestros días.

Facebook: Archivo Histórico Municipal de Parral

Memorias de Chihuahua

El Hospital Porfirio Díaz y el higienismo en Chihuahua (primera de dos partes)

El Hospital Porfirio Díaz, conocido actualmente como Hospital Central, fue inaugurado en 1897 bajo el mandato del gobernador porfirista Miguel Ahumada. A 129 años de la colocación de su primera piedra, en esta primera emisión se abordan los principios que dieron lugar a su construcción y los centros médicos en la ciudad que lo antecedieron para dar un panorama histórico que nos sitúe en las problemáticas de su etapa inicial.

De entrada, es importante reconocer que su construcción formó parte de un proyecto integral que involucraba dos importantes ramos del gobierno de la época, donde se debía atender el mejoramiento de las condiciones de la población: por un lado, la “beneficencia”; y por otro, la “salubridad”. Bajo ambos criterios se trataba de construir un hospital que, en efecto, abarcara la asistencia a la población desfavorecida y, asimismo, contemplara los preceptos de la llamada “doctrina higiénica”.

Foto: Cortesía | Archivo General del Estado de Chihuahua, Archivo Histórico


Ahora bien, en el siglo XIX se habían adoptado en Chihuahua los principios básicos de una corriente teórica llamada higienismo o doctrina higiénica, en donde se planteaba que la salubridad de las ciudades provenía del saneamiento del medio ambiente a través de la infraestructura adecuada para ello. La obra pública construida con esos parámetros debía, entonces, favorecer a la extinción de “toda clase de condiciones propicias al desarrollo de gérmenes morbosos” evitando así enfermedades, su propagación y la mortalidad. Esto era un concepto preventivo de la salud con amplia aceptación en el modelo de ciudades modernas, puesto en marcha en las políticas públicas de la época tanto en Europa como en México que, por supuesto, se intentó aplicar en Chihuahua entre 1892-1903 iniciado bajo el proyecto integral de obras de Miguel Ahumada.

En una memoria de administración de 1896 se sugiere que las razones para el establecimiento del hospital estaban orientadas a la salubridad e higiene:1) se consideraba que el anterior centro médico era insuficiente por el aumento de la población. 2) se asumía que su ubicación en el centro de la ciudad (en el actual edificio héroes de reforma) era errado, debía colocarse lejos de zonas conurbadas por los “grandes peligros de contagio en el desarrollo de cualquier epidemia”.

Asimismo, en un informe de 1902 se asentaron las razones en ese mismo sentido. El anterior hospital, se expresó, “estaba muy lejos de llenar no ya satisfactoriamente, pero ni aun de manera mediana las condiciones de higiene”, y por “las crecientes exigencias de la capital en el ramo de salubridad pública, determinó al Gobierno á emprender la construcción de un nuevo Hospital”.

Fue, precisamente, el principio de las doctrinas higiénicas el fundamento para la creación de un nuevo hospital en la capital de Chihuahua, junto a un circuito de obras tendientes a mejorar las condiciones de vida en la población, tales como el “Instituto Basinógeno” (un centro de conservación y distribución de vacunas); el Instituto de Sanidad, la red de drenaje, la entubación del agua potable, una filtradora, la plantación de árboles, y un programa de limpieza periódica de las calles.

Es de recalcar, entonces, que el Hospital Porfirio Díaz, como centro de beneficencia, estuvo vinculado al proyecto integral de obras relativo a la salubridad pública de 1892-1903.

Foto: Cortesía | Archivo General del Estado de Chihuahua, Archivo Histórico


Sin embargo, antes de su construcción, Chihuahua no estuvo completamente desatendida de centros de salud o de personas que ejercieran rudimentos de la práctica médica. Desde el periodo virreinal la antigua Villa de San Felipe contaba con la asistencia intermitente de protomédicos, parteras, cirujanos o boticarios que ejercían su oficio bajo un precepto que podría entenderse de carácter privado.

A pesar de ello, la salud abordada desde las autoridades locales como problemática social y política, fue iniciada hasta la segunda mitad del siglo XVIII. Precisamente, en 1791 se formó un hospital militar localizado en el ex-Colegio de Nuestra Señora de Loreto de los jesuitas expulsados (actual Museo Casa Chihuahua) con actividad intermitente hasta su clausura en 1853. A raíz de los brotes epidémicos se instituyeron las Juntas de Sanidad en el periodo borbónico y republicano. Asimismo, desde 1802, se efectuaron programas organizados de vacunación que buscaron acabar con los constantes brotes de viruela. Por otra parte, en 1874 se formó un nuevo hospital civil con capacidad de 40 pacientes, el mismo que hubieron de criticar bajo los preceptos higienistas.

Pero a pesar de esos antecedentes en que las autoridades tomaron medidas de salud pública, el camino de los centros médicos en el ámbito del Estado Moderno tenía aún un largo camino por recorrer en Chihuahua. Solo con la fundación del Hospital Porfirio Díaz y su proyecto de atención en base a la higiene hubo una institución financiada por el estado de largo alcance que, con sus cambios, perdura aún hasta nuestros días.

Facebook: Archivo Histórico Municipal de Parral

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