III y última parte
En los libros de texto se enseña que Pancho Villa era temido por sus enemigos, para los que era implacable y cruel, por otro lado podía llegar a ser tierno y estremecerse hasta las lágrimas como cuando lloró ante la tumba de Francisco I. Madero, al igual de cuando se enteró de la muerte de su hija Luz Elena Villa Corral, aquí en Chihuahua frente a su esposa Luz Corral, cuentan que incluso se abrazó a sus faldas.
Su muerte prematura es el tema del segundo libro del historiador Reidezel Mendoza “La emboscada”, en el cual se cuenta que fue emboscado por 15 hombres que ocultos en una casa, lo acribillan mientras pasaba en su automóvil.
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En diciembre de 1923 se publica el primer libro que aborda la muerte del caudillo, hasta el historiador Rubén Osorio Zuñiga con su libro “La muerte de dos generales” refiriéndose a Francisco Villa y a Felipe Ángeles.
Reidezel completa su libro al investigar no sólo en documentos oficiales y libros que abarcan el tema, sino que él busca a los descendientes de los que participaron en el tiroteo y aquellos que lo organizan, pues no tienen los mismos motivos, para el autor es muy importante hacer esta separación.
Gracias a este material inédito de fotografías, cartas a mano y documentos que explican o dan otra visión de cómo se organizó el asesinato. El periódico “La patria” fue el primer medio en publicar la muerte de Villa un viernes 20 de julio de 1923 en su edición vespertina. El periódico era publicado en El Paso y en Ciudad Juárez y editado por Silvestre Terrazas, quien había sido secretario general de Gobierno durante el periodo de gobernación de Villa, el cual duró poco más de un mes.
Reidezel escribe que Villa había pasado la noche en una de sus propiedades en Parral, la casa número 20 de la calle Zaragoza, donde vivía una de sus amantes, la joven Manuela Casas, de 22 años quien en el momento estaba embarazada. Cuando salió de la casa por la mañana lo acompañaban su secretario particular, Miguel Trillo; el asistente de este último y otros tres miembros de su escolta, abordan un vehículo Dodge Brothers 1922 y Villa decide tomar el volante.
Trillo se coloca a un costado de Villa, Ramón Contreras en la parte de atrás, Hurtado y Tamayo igual, y en ese día los acompañaba Rosario Rosales, que era el chofer y mecánico. Al avanzar por la avenida Juárez, tuerce a la derecha y llega a la esquina del callejón Mesa. Entre la gente que se ve en la calle hay una multitud en la cual se esconde Juan López Pardo con un sombrero y varios pañuelos en sus ropas.
Juan López al ver quién iba conduciendo, describe el autor que saca un pañuelo colorado y finge limpiarse el sudor del lado izquierdo de la cabeza, como señal de que el objetivo va manejando el automóvil. Pues entre los involucrados en la emboscada se establecieron diferentes señales para avisarse en qué posición iría en el auto Villa.
Cuando el auto pretende dar vuelta a la derecha en la calle Gabino Barrera se topa con un grupo de hombres formando una herradura. Entonces los tres primeros hombres abren fuego, éstos eran Jesús Salas Barraza, Melitón Lozoya y José Sáenz Pardo. Los primeros disparos dieron al chofer, quien era Francisco Villa, y al secretario Trillo.
Villa murió al instante con el primer disparo que recibe en el pecho, por lo que el autor investigó, estipulan que la bala asesina salió del arma de Salas Barraza, quien era campeón de tiro. Por otro lado, Melitón Lozoya y José Sáez son primos, es el primer grupo que abre fuego. El segundo está conformado por cuatro hombres que se abren a la derecha, donde rematan a Miguel Trillo, matan a Daniel Tamayo, Rafael Medrano baja en medio tiroteo, vacía su pistola disparando contra los recargados en los cuartos, por sus heridas tan graves se desmaya y al creerlo muerto lo dejan y sobrevive.
Claro Hurtado y Ramón Contreras alcanzan a correr 50 metros hacia el muerte, donde se defienden, Hurtado muere acribillado y Contreras prácticamente sin un brazo, se refugia en una casa de donde habían salido.
En el libro, Reidezel juega al forense explicando por qué los testimonios vencen a las películas de acción, donde el auto queda hecho pedazos y hay un segundo grupo de militares escondidos en la casa de las mil puertas. Los testimonios reunidos por el historiador lo cuentan todo más simple y que sabe la verdad por toda la evidencia reunida.
El autor de estas obras, Reidezel Mendoza, nació en 1981 en Ciudad Juárez, se culturizo en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, cursando la licenciatura y posgrado en Historia de México e Historia. Es autor de 14 libros sobre la historia de la revolución y del famoso bandolero del norte de México, de los templos católicos en el estado, de igual forma ha escrito en múltiples revistas especializadas en historia y ha realizado publicaciones periódicas tanto en Chihuahua, como Coahuila, Durango, México y España. Actualmente, Reidezel funge como encargado del Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Chihuahua.