Memorias de Chihuahua
Después de más de diez años de que había concluido la Revolución Mexicana, los daños que habían resultado de aquel conflicto seguían teniendo una gran repercusión e inconformidad en algunos sectores sociales. En 1928, ciudadanos estadounidenses reclamaban a México el pago por los perjuicios que causó este levantamiento armado a sus propiedades que tenían en Parral, Santa Bárbara, San Francisco del Oro y otras regiones del sur del estado y por la muerte de familiares que residían en nuestro país.
Los agravios que habían cometido las fuerzas revolucionarias hacia la población estadounidense, según se da a conocer en esos documentos, van desde invadir y dañar minas, ranchos, hogares, vías y puentes ferroviarios, entre otras posesiones con las que contaban en nuestra región; robo de maquinaria, ganado y otros objetos; sobre familiares suyos que vivían en Parral o municipios aledaños y que fueron heridos o asesinados durante batallas o enfrentamientos. Los costos que solicitaban llegaban a superar los 100 mil dólares y entre las acusaciones incluso se llegó a responsabilizar a Luis Herrera, hermano de Maclovio Herrera, de despojar de unos terrenos mineros a una compañía estadounidense.
Entre 1912 a 1914, Luis Herrera, con un contingente de soldados constitucionalistas o carrancistas, tomaron una mina que había sido rentada en Parral, ésta se encontraba cerca de San Francisco del Oro y pertenecía a una familia proveniente de Estados Unidos. Los revolucionarios habían robado y ultrajado maquinaria, ganado, vagones y oro. Los daños se calcularon en 50 mil dólares para el gobierno mexicano, a quien se le solicitó que investigará y procediera con el caso.
Aquella mina había sido explotada durante diez años, desde 1910 a 1920, por la familia Bradley, y durante dos años, de 1912 a 1914, fue ocupada por carrancistas, quienes, en los primeros años de su lucha armada, las aprovecharon para explotarlas, probablemente para sufragar sus operaciones durante la Revolución. Ya que la leva y el fortalecimiento de estas tropas se valió del financiamiento y robo de los sectores más ricos del país.
En la región sur del estado, parte de las minas pertenecían a extranjeros, entre ellos algunos provenientes de los Estados Unidos. Cuando estalla la Revolución, estos terrenos con minerales fueron ocupados por grupos insurgentes. Estos lugares debieron haber aportado recursos económicos para las causas de este levantamiento armado.
Precisamente, el 20 de noviembre de 1910, hubo tropas revolucionarias que habían invadido una mina de la compañía “La Esmeralda Parral”. Este despojo fue de manera violenta, estropearon maquinaria y se amenazó a trabajadores para que abandonaran el lugar. Los operadores huyeron de la empresa durante diez años, en los cuales se desconoce si quienes invadieron esa propiedad eran federales, revolucionarios o simplemente bandidos.
Por otro lado, la demanda más cuantiosa fue de 111 mil dólares, la cual fue exigida por una compañía ferrocarrilera, The Parral a Durango Railroad Company, por el robo de estos rieles. En ese episodio varios hombres armados habían detenido los trenes que tenían como destino Parral. Ultrajaron los vagones, destruyeron los puentes y las vías.
Faltaría mencionar muchas más denuncias por daños, entre ellas se encuentra la de familiares de Thomas Foutain, quien murió en Parral el 9 de abril de 1912 a manos de grupos armados, o de otras personas que perdieron seres cercanos y propiedades. No obstante, debemos considerar que estos percances más allá de ayudarnos a identificar a un culpable (lo cual es casi imposible porque en los mismos documentos se desconoce si los implicados eran federales, revolucionarios o bandidos), nos brindan un panorama del contexto bélico de nuestra región y del país, en el cual es complicado juzgar estas acciones.
Estas denuncias que hacían ciudadanos de Estados Unidos nos permiten además conocer una visión sobre que fue la Revolución y que significó para un sector de la población extranjera, que seguramente, por las propiedades con las cuales contaban pertenecía a una clase alta, una de las más afectadas en la Revolución. Desde este sentido habría que profundizar en la versión de quienes cometieron los abusos que se denuncian y si esta contraparte, la cual, quizás nos permitiría, más allá de justificar a estos grupos armados, comprender el complejo proceso que representó la Revolución.
Facebook: Archivo Histórico Municipal de Parral