Museo de las Culturas del Norte en Paquimé: El lugar que dignifica a los pueblos norteños

En 1993, gracias al apoyo del Fondo Nacional Arqueológico, se tomó la decisión de construir un museo que reflejara la complejidad y la riqueza del lugar

César M. Fernández / Archivo Histórico Municipal de Casas Grandes

  · domingo 1 de diciembre de 2024

Foto: INAH

Memorias de Chihuahua

La figura de Tita Braniff se erige como un pilar fundamental en la arqueología del norte de México, destacándose por su vasta experiencia y conocimiento en una región rica en cultura y en historia. Desde su ingreso al campo de la arqueología, Braniff ha sido reconocida como la autoridad académica más influyente en la investigación de la arqueología regional, extendiendo su influencia incluso hacia la arqueología del suroeste de los Estados Unidos. Su trabajo se enfocó especialmente en la interconexión entre diversas áreas culturales, siendo su análisis del Gran Chichimeca, propuesto originalmente por Charles Di Peso, uno de sus aportes más relevantes.

La Gran Chichimeca: Un Concepto Relevante

La noción de Gran Chichimeca, que abarca las regiones del norte de México y el suroeste estadounidense, ha sido clave en la comprensión de las dinámicas culturales y sociales que existían en épocas prehispánicas. A través de sus investigaciones, Braniff presentó una perspectiva clara sobre cómo estas culturas, influidas por el contacto con Mesoamérica, desarrollaron su propia identidad cultural y social. Su enfoque en esta área ha proporcionado un marco teórico que ha resonado profundamente en el estudio de la historia y la arqueología de México y Estados Unidos.

Paquimé: Un Centro Cultural de Importancia

La labor de Tita Braniff se consolidó cuando fue designada como coordinadora del proyecto arqueológico en Paquimé, Chihuahua, desde 1992 hasta 1995. Este sitio, que llegó a albergar alrededor de 3 mil personas durante su apogeo, se erige como un testimonio de la cultura Casas Grandes. En 1988, Paquimé fue inscrito en la lista de patrimonio mundial de la UNESCO, lo que refleja su significancia cultural y arqueológica. Braniff no solo se dedicó a la excavación y el estudio de este sitio, sino que también promovió su valoración y reconocimiento en el ámbito académico y la gestión para crear un museo de sitio.

Un Enfoque Diferencial

A diferencia de muchos arqueólogos de su tiempo, Tita Braniff mostró un especial interés en las tradiciones de los pueblos del norte, a menudo considerados "bárbaros" por las sociedades mesoamericanas. Su deseo de comprender y dignificar estas culturas a través de sus obras y publicaciones, como su libro "Paquimé", se traduce en un esfuerzo por ofrecer una visión más equilibrada y completa de la historia mexicana, reconociendo el papel crucial que estas comunidades desempeñaron en el contexto regional.

Foto: INAH

El Legado de Tita Braniff

Durante más de 30 años, los objetos descubiertos en este y otros sitios de la región fueron víctimas del saqueo, permaneciendo guardados o, en el mejor de los casos, exhibidos en otros museos. No obstante, en 1993, gracias al apoyo del Fondo Nacional Arqueológico, se tomó la decisión de construir un museo que reflejara la complejidad y la riqueza de Paquimé, así como de las culturas de la Gran Chichimeca y su proceso histórico.

El museo fue diseñado como un proyecto de arquitectura paisajística que se integra al entorno natural, con terrazas y terraplenes destinados a albergar jardines botánicos del vasto desierto chihuahuense. Su diseño, cargado de simbolismo, está inspirado en el montículo ceremonial de Paquimé, buscando una armonía entre la piedra, la tierra y el cielo. Este notable proyecto arquitectónico fue realizado por el arquitecto Mario Schjetnan y recibió el Gran Premio Latinoamericano en la Bienal de Arquitectura de Buenos Aires en 1995.

Inaugurado el 28 de febrero de 1996, el museo alberga una impresionante colección de más de 2,000 piezas, que incluyen fósiles de megafauna, cerámica de Paquimé, maquetas de otros sitios de la Gran Chichimeca, así como objetos que narran la historia regional, como armas e implementos agrícolas.

A pesar de su fallecimiento, el legado de Tita Braniff perdura en cada rincón de los hallazgos arqueológicos que realizó y en cada línea de sus escritos. Su trabajo no solo ha enriquecido el campo de la arqueología en México, sino que también ha dignificado el estudio de las culturas del norte del país, un área a menudo eclipsada por la prominencia de Mesoamérica. La doctora Braniff continúa siendo una fuente de inspiración para futuras generaciones de arqueólogos y estudiosos que buscan desentrañar la complejidad de la historia mexicana.

En resumen, Tita Braniff no solo es recordada como una investigadora excepcional, sino también como una visionaria que desafió las narrativas tradicionales y abrió nuevas vías de comprensión sobre la riqueza cultural del norte de México, en particular a través del estudio del emblemático Paquimé y su contexto en la Gran Chichimeca. Su vida y obra seguirán siendo un referente en la arqueología y la historia de México por muchos años más.

Mayte Luján una destacada promotora cultural y curadora de cerámica que ha desempeñado un papel fundamental en la preservación del patrimonio arqueológico de Paquimé. Adiestrada personalmente por Tita Braniff, nos compartió grandes experiencias que vivieron durante la creación de este museo pero ello es merecedor de un propio artículo.

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