Un día 30 de mayo pero del año 2003, el recinto cultural Palacio Alvarado abrió sus puertas como casa-museo, tras la compra-venta concretada por el exgobernador del Estado de Chihuahua, Patricio Martínez y Pili Alvarado, nieta del legendario Pedro Alvarado.
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El Palacio Alvarado en Parral es considerado uno de los museos más importantes en el norte del País, debido a su bella construcción y a las más de cuatro mil piezas que forman parte del acervo patrimonial que se encuentra en cada uno de sus salones.
Este espacio a través de la historia de Parral, se ha convertido en un referente de la cultura parralense, signo de identidad y patrimonio, es por ello que hoy está catalogado como el museo más importante del norte de la República Mexicana.
El lugar ha mantenido latente el recuerdo de la familia Alvarado Griensen, gracias al trabajo de preservación y conservación que realiza diariamente el personal bajo la dirección de Martín Márquez, custodio del Palacio Alvarado, pues el recinto posee documentos respecto a la adquisición de las piezas, entre otros datos de gran relevancia.
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Compra-venta del recinto se llevó a cabo en el año 2000
El entonces gobernador del estado, Patricio Martínez, acude a la casa de Pedro Alvarado para visitarla con su familia, para enero del año 2000, acude con la señora Pili Alvarado, nieta de Pedro Alvarado, para plantearle la posibilidad de convertir la casa en un museo y que fuera punto turístico de Parral, finalmente para el primero de febrero del mismo año, se estaba finalizando la compra-venta del inmueble.
Hasta el año 2001 la casa permaneció abierta para que los parralenses observarán las condiciones en las que se encontraba hasta ese entonces, ya que muchos de los objetos, así como las instalaciones, estaban deterioradas.
Pero no fue sino hasta el 30 de mayo del 2003, después de dos años de permanecer cerrado para realizar las debidas restauraciones, que se efectuó la apertura de la nueva casa-museo Palacio Alvarado.
Historia de la Casa Alvarado-Griensen
Francisco Alvarado, padre de Pedro vivía en la colonia Alfareña, en una de las casas donde hasta el momento se encuentra el palacio, mientras que su hijo Pedro Alvarado Torres, nació el 16 de julio de 1873 en el barrio de Guanajuato, en una casa que actualmente se ubica frente a los juzgados.
En el plano catastral de Parral de 1882, se indica que la calle Guillermo Prieto comunicaba al río, lugar donde según la historia, acudía la modista Virginia Griensen a lavar, debido a que provenía de una familia humilde de padres músicos, originarios de Chihuahua, quien además se convertiría en la esposa de Alvarado.
Cuando Pedro Alvarado hereda la mina, decide adquirir todas las casas de los vecinos para hacer de ellas una sola residencia de dos mil metros cuadrados, al Municipio le compra dos tramos de calle que concentran en la Riva Palacio y Guillermo Prieto, para así, homenajear el lugar donde conoció a su esposa, es por eso que también se le considera como un monumento al amor.
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Pedro Alvarado Torres y Virginia Griensen Zambrano se casaron el 19 de marzo de 1895, quienes procrearon seis hijos, Francisco, Rodolfo, Pedro, Pablo, Guadalupe y Lucía, la única mujer.
Gracias a la bonanza de sus minas, el benevolente y afamado minero Pedro Alvarado Torres inició la construcción de su residencia de 1898 a 1903 para su esposa Virginia Griensen Zambrano, concluyendo las tareas de decoración y amueblado en 1906, además en sociedad conyugal, fueron poseedores de una de las fortunas más prósperas del norte de la república.
El Palacio Alvarado es una obra realizada por distintos maestros canteros, marmolistas, carpinteros, pintores locales y extranjeros, entre los que destacan los constructores Isaac L. Ceballos y el cubano Federico Gabriel Amérigo Rouvier, asíu como los decoradores como el italiano Antonio Decanini y el alemán Gustavo Langenberc.
Toda la construcción fue decorada complaciendo el gusto de la señora Alvarado, ya que se importaron muebles de Europa, Estados Unidos y del empresario y diseñador Jorge Unna Gerson, extranjero establecido en San Luis Potosí, así como diversos jarrones de porcelana mayólica, brístol y capo di monti, piezas de cristal de bacarat, maderas finas, alfombras en seda de Austria, incluso muebles y objetos que ya para entonces tenían una antigüedad de 150 años, entre otras piezas.