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Cuentan que en Chihuahua, el cadáver de una joven mujer que perdió la vida antes de casarse, fue disecado y exhibido en un aparador, como si de un maniquí se tratase, en una tienda de vestidos de novia. La versión oficial, según la presentan los dueños del local por medio de un documento impreso y colocado en el mismo aparador, es que se trata de un maniquí originario de Francia, que fue adquirido por la propietaria del lugar a principios del siglo XX.
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Sin embargo, los rumores sobre un cuerpo convertido en maniquí han trascendido las fronteras mexicanas, e incluso en países extranjeros, se narra la versión más popular que, desde niños, los habitantes de esta ciudad narran y conocen al derecho y al revés; una joven que iba a casarse pierde la vida a causa de la picadura de una viuda negra, los padres, enloquecidos por la desesperación y la pena, deciden llevar a cabo un embalsamamiento especial del cuerpo para inmortalizarla en forma de maniquí, ataviada siempre con los mejores vestidos de novia de la tienda.
Estar, o no, de acuerdo con la leyenda, no anula el hecho de que, en torno a este escalofriante relato y tétrico maniquí de mirada penetrante, se ciernen decenas de historias narradas de primera mano, en donde converge siempre un acontecimiento sobrenatural... No sería de extrañar que, aun siendo un simple maniquí, este haya sido dotado de una fuerza sobrenatural, embestido de alguna extraña magia invocada por el box populi y el temor colectivo. Por otro lado, cabe señalar que, doña Pascuala Esparza, propietaria original del negocio, jamás desmintió este rumor...
Cuenta una ya mayor mujer, que fue durante la década de los años 70, mientras laboraba en la famosa tienda, casa de “Pascualita”, cuando en carne propia vivió una aterradora experiencia con el maniquí:
La noche de los acontecimientos, la mujer tomó delicadamente en sus brazos aquél escalofriante cuerpo inerte con el fin de llevarle al vestidor, donde le colocaría su nueva indumentaria a petición del nuevo dueño del lugar. Llena de la escalofriante incomodidad que infunde el monigote, comenzó a desnudar a “Pascualita”, para lo cual es necesario desmembrarla.
En el afán, llamó la atención de la mujer que, al mirar el cuello del vestido que acababa de retirar, este tuviera una pequeña mancha en la parte interna. Extrañada, hizo una rápida búsqueda en la base de la unión de la cabeza del maniquí, donde encontró para su sorpresa lo que parecía ser una ligera capa de sangre fresca. Aunque su asombro pronto se convirtió en temor, nada dijo del incidente pues pensó que la tomarían por loca y perdería su trabajo, al igual que la anterior cuidadora de “Pascualita”, entre cuyas labores, estaban además lavar a mano el cabello natural del maniquí (que presuntamente fue colocado uno por uno por el fabricante), así como en darle un “baño” de esponja al resto del cuerpo.
Asombrada, la mujer describe que aquél negruzco líquido emanaba de las uniones del maniquí cada vez que se lo desarmaba para vestirle de nuevo, jamás supo que era aquello.
Mas no todo es horror en torno a Pascualita, pues incluso se le atribuyen milagros, siendo el más famoso aquel en el que narran que una joven sobrevivió al ataque de un fúrico exnovio que, al encontrarla frente a la tienda de vestidos, disparó en su contra para asesinarla: “sálvame, Pascualita”, cuentan que clamó una moribunda joven mientras miraba el rostro del maniquí y que, finalmente, sobrevivió a la agresión para luego acudir a llevar flores y velas al aparador donde se exhibe a Pascualita.
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Con información de Adrián Berrios