Este fin de semana subió a escena la obra “Voces en el umbral” en el foro de Teatro Bárbaro, y con ello se dio continuidad a las diversas actividades del “Festival Cempaxúchitl; tradición de flor y canto”, que la mencionada compañía chihuahuense realiza en su segunda edición.
La pieza de arte dramático fue escrita por el dramaturgo chihuahuense Víctor Hugo Rascón Banda (y se nota “su mano” en la trama), dirigida por Luis Bizarro y actuada por Rosa Peña, Yaundé Santana y Rogelio Quintana.
Como suele ocurrir en muchas de las obras del nacido en Uruachi, en esta, elaborada en el aparentemente lejano año de 1983 el peso recae en las dos damas, quienes con sus monólogos entrecruzados dan vida, por un lado a una mujer madura alemana y, por el otro, a una joven rarámuri.
Aunque en este caso, eso de “dar vida” podría considerarse como un término relativo, pues siendo una obra donde se entrecruzan casi sin sentirlo el tiempo y la realidad, el pasado y el presente, no son raras las presencias fantasmales sobre el escenario.
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Y en ese sentido, quizá no hubo mejor elección de una obra que fuera con la temática central del “Festival Cempaxúchitl; tradición de flor y canto”, realizado precisamente en las cercanías y con motivo de los inminentes festejos del Día de los Fieles Difuntos, el próximo 2 de noviembre.
El público asistente disfrutó de un texto redondo, que lo remitió al inevitable choque cultural entre dos civilizaciones, la originaria y la que busca la dominación, buscando imponer su cosmovisión a toda costa sobre la local y milenaria. Ello, en un escenario donde no hace falta sugerir las sombras y la decadencia moral… eso es transmitido desde la fuerza histriónica sobre el templete.
Siendo éste el primer texto dramático de Rascón Banda, puede notarse que desde sus inicios en el teatro el chihuahuense demostró su maestría para manera los conflictos de una sociedad compleja, contradictoria y en evolución, como la de su tierra natal.
Por eso, pese a haber rebasado ya las cuatro décadas de existencia, la obra conserva la vigencia y frescura necesarias para su montaje, corroborando al mismo tiempo que el Víctor Hugo mexicano sabe dar con sus textos un testimonio de visión estética, conciencia social, pero sobre todo de un ineludible compromiso con “la cuarta pared”.
Y siendo esta también una de las mejores metáforas de dos mundos contrapuestos donde el impulso busca imponerse a la razón, cabe recordar que esta obra fue rebautizada en 1992 por el propio Rascón Banda como “La casa del español”, en conmemoración del quinto centenario del descubrimiento de América.
Cabe señalar que este proyecto teatral aún tiene una función este sábado a las 19:00 horas en el foto de Teatro Bárbaro, que con esta y otras actividades se une a las celebraciones por el Día de Muertos a través del “II Festival Cempaxúchitl: Tradición de Flor y Canto”.
