La Semana Santa es una de las fiestas religiosas más importantes del mundo, se conmemora de una manera u otra en casi todas las comunidades cristianas. Entre los pueblos originarios de América la Semana Santa adquiere sus propios matices, enriquecida por la enorme diversidad cultural de nuestro continente. Tal es el caso de los rarámuri que habitan en el estado de Chihuahua, en la parte norte de la Sierra Madre llamada Sierra Tarahumara, y que guardan esas fechas con su propia combinación única de tradiciones.
Por ejemplo, en la comunidad de Norogachi, se realiza una de las danzas más famosas y espectaculares, conocida como “la danza de pintos”, quienes decoran sus cuerpos con manchas blancas. Como es frecuente, las danzas ritualizan un enfrentamiento entre el bien y el mal, en este caso el bando de los romanos representa al bien, mientras los fariseos, representan al mal.
En otros municipios serranos como Guadalupe y Calvo y Urique, los del bando “malvado” son llamados “diablos”, mientras que en el municipio de Bocoyna como en Norogachi se les llama fariseos.
La danza y el ayuno
En San Ignacio de Arareco, bella comunidad cercana a Creel en el municipio de Bocoyna, las celebraciones inician con tranquilidad, cuando danzan “soldados” y “fariseos” el Jueves y el Viernes Santo. Las primeras danzas se realizan con estómago vacío, pero el ayuno termina cuando después de danzar, los participantes regresan a sus pueblos y rancherías.
De acuerdo al youtuber rarámuri Jaime Aventura, a la “una o dos de la tarde todos se dispersan a las diferentes casas y rancherías para la hora de comer, nosotros le llamamos (Ayunari) donde puedes ir a cualquier casa y te ofrecen alimento muy variado que van desde Abas, Chacales, Papas con Chile Colorado, Capirotada entre otros nada de carne ya que en estos días es prohibido el consumo de carne como en varias culturas”.
Judas
Después, los fariseos elaboran un muñeco de tamaño real que representa a Judas, este “es elaborado con troncos de madera rellenos de pasto seco y vestidos con ropa común”.
Y los rarámuri inician así el convivio en el que beben su bebida tradicional, el tesgüino, una cerveza de maíz elaborada de manera artesanal, conviven y comparten alimentos.
Según el relato de Jaime Aventura, al ponerse el sol, “se reúnen en la iglesia para pasar toda la noche hasta el amanecer del día sábado de gloria, el día que finaliza la celebración de Semana Santa”.
Ese mismo día, se realiza la famosa “quema de judas”, sin embargo, antes de eso los fariseos esconden la efigie, y es trabajo de los soldados encontrarla y destruirla.
Según la tradición, si no encuentran al Judas y lo queman a tiempo, pueden sobrevenir desgracias sobre la comunidad, tales como tormentas y sequías. Por ello es muy importante que el ritual se complete con éxito.
La lucha ritual
De acuerdo al youtuber rarámuri, Jaime Arm (Jaime Aventura), en San Ignacio de Arareco este conflicto entre el bien y el mal, representado por las ceremonias de danzantes adquiere unos matices un tanto rudos, cuando se resuelve con una pelea entre ambos bandos.
Esta es una “lucha de cuerpo a cuerpo entre los soldados y los fariseos y es así es como dan por terminado la celebración de Semana Santa”.
De acuerdo al estudioso Carlo Bonfiglioli, quien describe las luchas en la comunidad de Tehuerichi, “los dos luchadores se agarran por las fajas que ciñen sus taparrabos y cada uno intenta derribar al adversario.”
De esta manera, los rarámuri representan la eterna lucha entre el bien y el mal. Un ritual de gran importancia, pues consideran que este mantiene el orden del mundo y de la vida.