MADERA, Chih.- Un gran letrero en el que se puede leer El Porvenir se alza en la esquina de la calle Morelos. Se trata de una casa de 114 años de antigüedad que está repleta de antigüedades y documentos que datan de los 1900, propiedad de Fidel León Pérez.
Fidel actualmente cuenta con 66 años de edad, toda una vida forjada en el esfuerzo, abogado de profesión, pero amante de las antigüedades y orgulloso de su origen maderense, por lo que a su memoria llegan recuerdos de su infancia, donde en la casona que albergó la tienda vivió feliz.
Entrar a la casona es viajar por el tiempo, es conocer objetos que se usaron hace algunos años. Cada habitación y rincón de la vivienda guarda un tesoro, objetos que pertenecieron a los dueños de la propiedad, así como algunas otras reliquias que se han ido sumando a la colección.
“El ser humano siempre debe estar orgulloso de su origen, si usted se avergüenza de su mamá, de su papá, del barrio en el que vivió, está fregado. Uno debe estar orgulloso de donde viene. Nunca te creas ni más, ni menos que nadie”, esta es la filosofía que ha empleado durante toda su vida.
La vivienda perteneció a don Ambrosio León Rodríguez, era un comerciante nato, quien al llegar a Madera proveniente de Michoacán en 1900 conoció a María García Domínguez, con quien contrajo nupcias el 29 de junio de 1912. En la casona se encuentra la fotografía tomada en 1936 de varios de los integrantes entre los que estaban las hermanas de don Ambrosio Eufrosina y María Esther, a quien de cariño le llamaban “Tía Chita”, una señorita que nunca se casó por cuidar a su padre, quien ella fue muy bonita con Fidel y sus hermanos.
En un recorrido por la casona, Fidel recuerda que cuando cumplió 12 años a su padre lo cambiaron a Cuauhtémoc, era inspector en un Banco Ejidal. Al año la desgracia los alcanza y su madre muere. “Empezamos a batallar mucho, pero también eso te va formando. Al grado que un amigo me decía: no te rajes León te va a servir para madurar, pero yo le decía: sí pero ya me estoy pudriendo de tanto madurar”.
Su vida se tornó aún más complicada cuando su padre vuelve a contraer nupcias, ya que reconoce que vivió cosas muy tristes. Logra terminar la secundaria y se va a Chihuahua a estudiar la preparatoria, en la institución que dio origen a la actual Universidad Autónoma de Chihuahua, dado que era más económica. “Te formas en la dificultad y pasando hambre, porque nadie crece en el éxito, todos crecemos en la adversidad”.
Al culminar la prepa elige la licenciatura en Derecho, reconoce que no lo hizo por convicción, pero con el paso del tiempo se dio cuenta que era lo que le apasionaba, era muy estudioso y el hábito de la lectura se lo inculcó su padre. A la fecha tiene 46 años al servicio de la abogacía.
Su vida en la capital era buena, pero en él persistía la nostalgia de la vida en Madera y se da la oportunidad de regresar, cuando se da cuenta de que la casa del abuelo se estaba derruyendo. Se la compra a un sobrino y empieza el rescate, conservando el estilo.
Actualmente la casa tiene algunas modificaciones, debido a que el techo era muy bajo. Durante los primeros años no pudo realizar muchos trabajos trascendentes de conservación y restauración. Tras enviudar de su primera esposa, con la que tuvo 3 hijos: Ana Karen, León Felipe y Marco César conoce a una mujer de origen maderense, Claudia con quien emprende la conservación gradual.
Al entrar a la casona, por la calle Morelos, se encuentra la sala y el comedor, en la sala se encuentra un Cristo tallado en madera con detalles impresionantes, una puerta original que conducía a un baño, pero que ahora ese espacio fue convertido en una vitrina.
Fidel recuerda que su padre fue presidente municipal de Madera y en 1958 durante su gestión se introdujo la luz eléctrica y el drenaje.
En el comedor se encuentra una vitrola de 1937 aproximadamente, la punta que tiene es un clavo fino, para escucharla hay que abrir las portezuelas donde se encuentran los discos de acetato con cada pieza musical, entre valses y música clásica. A pocos metros de ella se encuentra una réplica de un reproductor de discos de acetato más moderno con una aguja más fina en la que se pueden oír piezas musicales de polcas y música mexicana.
A un costado un pequeño ropero de la época que adaptó como cava. En la habitación también se encuentra un piano de 1890, cuya fecha se encuentra grabada debido a que fue la primera vez que se afinó.
Una hermosa puerta de madera conduce a la tienda de don Ambrosio, donde se combinan artículos muy antiguos y otros ya más modernos, desde cerámica de Paquimé, de la Tarahumara, de Michoacán y de otras partes del país, que se pueden disfrutar en un solo lugar, pero sobre todo conocer que en Madera, Chihuahua y México existen cosas muy interesantes.
Cuenta con sillas de diseño de don Ambrosio que ideó una silla-escalera. La máquina de escribir que utilizó el abuelo, conocido como Papá Bocho.
En sus instalaciones existen muchas fotografías del padre de Fidel, cuando fungió como presidente municipal, entre ellas la inauguración del estadio Madera, en el lanzamiento de la primera bola, pues además era beisbolista. Hay fotos con personalidades del municipio, la estación del ferrocarril en estilo americano que fue destruida. Las bodegas de Conasupo, un programa social de gobierno federal, inauguradas en 1966, de la campaña de Óscar Flores. Así como actas originales de nacimiento de 1880.
Objetos como la original máquina de escribir de su abuelo que funciona a la perfección. En la parte alta de la vivienda había un entretecho que servía de bodega y por unos ductos bajaban algunos productos como maíz. Ahora esa bodega se ha convertido en recámaras.
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Dichas recámaras son tres, cuentan con mobiliario antiguo. La más grande tiene un ropero tallado a mano y restaurado por Fidel y su esposa Claudia. Una cama de barrotes de latón. Una chimenea y en la orilla del cuarto los vestigios de adobe de la casona. Las otras dos cuentan con baños impresionantes, como una tina de acero con motivos grabados y pintados a mano. Un secretero con llave y muchos cajones, incluso algunos ocultos para guardar los secretos de los secretos. Hay una réplica de la Creación y del Juicio Final que se ubican en la Capilla Sixtina.
La recámara de los padres de Fidel conserva la cama de 1944, que les regaló don Ambrosio al casarse, cuenta con fotografías originales y algunas composiciones fotográficas. En la habitación de enfrente hay otra vitrina que conserva muñecas antiguas, algunas con rasgos bastante reales que rayan en el terror y un tocador que data de 1945.
La casa además cuenta con un balcón de madera donde se puede ver el atardecer en Madera.
La otra parte de la casa en la planta alta ahora se ha convertido en la biblioteca y librería que lleva por nombre “Fidel León García” en honor al expresidente municipal, un amante de la lectura.