CHIHUAHUA, Chih. -Haber sido un integrante del equipo grande de Chihuahua en la época dorada del basquetbol, sigue siendo para Francisco Guillén un orgullo y un motivo de bellos e imborrables recuerdos. En la actualidad y sin tener un sucesor que busque seguir sus pasos en la duela, Panchito apoya con todo el sueño de su hijo de 16 años que quiere llegar a ser un ciclista profesional de montaña.
El extraordinario poste de 2.04 metros de estatura y 104 kilogramos de peso, tetracampeón con los Dorados de Chihuahua 1984-87, concedió una entrevista exclusiva para El Heraldo de Chihuahua, en la cual desborda toda aquella pasión que lo hizo ser considerado entre los mejores de su época.
Al mismo tiempo, expone sus ideales y los transmite a su hijo Francisco Jr., quien a su vez admite no tener una imagen de su padre siendo un brillante basquetbolista, y en cambio, lo ve como lo que es y siempre ha sido, un padre maravilloso que ha sabido sentar en él las bases de una buena moral y un sólido concepto de lo que es y debe ser una familia unida.
SUS MEJORES RECUERDOS COMO JUGADOR
“Tuve la oportunidad de convivir con una gran afición y sentir el cariño de toda esa gente a la que le gustaba ver lo que yo hacía en la cancha. Me tocó sin duda una gran época, muy privilegiada, en la que todos éramos aceptados y muy reconocidos. Eso es algo que no tiene precio”, dice Panchito Guillén, nacido en ciudad Delicias un 16 de noviembre de 1962.
Conocido de sobra en el ámbito del deporte ráfaga, por su gran aportación, tal vez son pocas las personas que le saben a Guillén un secreto hasta la fecha, muy bien guardado: ¡no es aficionado al basquetbol!.. en efecto, Panchito nos confió esa parte de su vida que, aunque pareciera no ir de acuerdo con su estatus de jugador, en nada ha interferido con su gusto y placer por practicarlo al grado de haber llegado muy lejos defendiendo orgullosamente los colores de Chihuahua.
SUS INICIOS
A la edad de 8 años y habiendo conocido varias disciplinas deportivas, Guillén no tiene el menor problema para darse cuenta que el basquetbol es lo suyo. Su notable desarrollo vertical no pasaría desapercibido pocos años después, cuando le llega su etapa juvenil y se enrola en un equipo de la Universidad de Sinaloa. Bastaron sólo seis meses y ¡pummm!.. es cuando el profesor Homero Moriel lo rescata de suelo sinaloense, lo incluye en las filas de la UACh y desarrolla al máximo un potencial que más tarde lo llevaría al equipo Dorados de primera fuerza, con el que comienza a escribir una de las más grandes historias del basquetbol chihuahuense.
“PANCHITO” SE GANÓ EL RESPETO DE LOS MÁS GRANDES DE LA CAMADA
¡Y cómo no iba a ser uno de los mejores entre tanto monstruo del baloncesto!.
Francisco Guillén tuvo la gran fortuna de ser parte activa de la gran época dorada que sólo pudo ser superada por sus ancestros de los años 40s.
Como integrante del equipo Dorados de los 80s, Panchito se consagró y saboreó las mieles de la victoria durante cuatro de los cinco años en que Chihuahua hiló aquellos memorables cinco títulos, de 1983 a 1987. Su llegada a ese glorioso equipo liderado por Raúl Palma se dio en 1984, cuando levantó el trofeo conquistado en Monterrey y en donde las multitudes ya se rendían ante su majestad “El Satanás” Arroyos.
A diferencia de la gran mayoría de las personas que juegan basquetbol, Pancho Guillén no tenía referencias o ídolos a seguir y que fueran parte del universo del deporte ráfaga, ni de niño ni de joven. “Aprendí mucho de grandes deportistas –que no eran precisamente de basquetbol- y recuerdo en especial a los marchistas Ernesto Canto, cuya filosofía del deporte siempre me impresionó y la forma de pensar de Martín Bermúdez”, dice. “Ellos me inspiraban a querer ser mejor”.
Aunque no deja de lado el aprendizaje que tuvo de grandes maestros en sus inicios, como Homero Moriel “a quien le debo mucho de mi formación” y a Don Pedro Barba Ramos, “quien me dio la oportunidad de comenzar mi carrera con los Dorados”.
UNA DOLOROSA ANÉCDOTA DIGNA DE RECORDAR
Si hubo una persona a quien Panchito llegó a admirar, ese fue Ángel “Pompis” González, quien se destacó como mariscal estrella de la División del Norte.
“Estaba sorprendido por la forma en que Ángel daba sus pases, con una fuerza tremenda y una precisión milimétrica que lo hacían único”, recuerda. Y lo recuerda con dolor.
“La primera vez que tuve el honor de compartir la duela con Ángel, probé lo que era recibir uno de sus pases, pues me la estampó en la cara y ni chanza tuve de meter la manos”.
¡Y habrase visto al “Pompis” González en acción haciendo mancuerna con José Luis Arroyos en el ataque!. Todo un espectáculo, tiempos en que la afición se volcaba a los gimnasios ante la presencia de los Dorados, no para apoyar a su equipo, fuera quien fuera su rival, sino para ver a este par de fenómenos haciendo pedazos a la defensa rival.
También recuerda Pancho a otras figuras que han quedado en su mente como los norteamericanos Gary Gaspar y su explosivo y espectacular resorte para retacar el balón o el “Mago” Jimmy Hearns, que daba la impresión de flotar mientras conducía.
UNA GENERACIÓN IRREPETIBLE
Paco Guillén no duda al afirmar que los Dorados de su época han sido los mejores y por ello, “es lo mejor que me pudo haber pasado. Las reglas cambian, los estilos, pero hasta hoy no se ha visto un equipo tan completo como aquel y algo que hay que remarcar: la gran unión que nos caracterizaba. Como equipo, desde que nos levantábamos, almorzábamos, comíamos, cenábamos y al final del día, soñábamos basquetbol. Siempre juntos. Terminaba un Nacional y nos íbamos juntos a jugar en Cibacopa, a la liga del Pacífico y allá nos dividíamos en dos porque una mitad jugaba para Guasave y la otra para Navojoa. ¿Y qué pasaba?, que nos encontrábamos en la final y de nuevo volvíamos a estar juntos disputándonos un título que se quedaba en la familia. ¿Si me pregustas qué es lo que más extraño?, son esos grandes momentos y el haber sido un equipo muy unido”.
Así, Panchito recuerda a sus compañeros de duela como Alberto “Chorro” Bernal, Nacho Moreno, Enrique “Quique” Ortega, José “Pillo” Corral, José Luis “Satanás” Arroyos, Memo Márquez, Jesús “Chuy” García, Norberto Mena, Ángel González, entre otros protagonistas de aquellas electrizantes batallas ante la Ola Roja del DF y su dictador Jorge Toussaint, Abejas de Puebla, Leñadores de Durango, San Luis “Pochosí” y párele de contar.
INCULCANDO VALORES A SU HIJO
“Primeramente, a mi hijo le he tratado de transmitir la importancia de ser constante, perseverante. Que siguiendo estos valores siempre le va a ir bien y lo van a llevar, tarde que temprano, a lograr sus objetivos y todo lo que se proponga”.
Francisco Jr. Practica el ciclismo de montaña desde que tenía 9 años de edad y se ha destacado como juvenil experto en competencias estatales.
Su meta: Primero que nada, terminar sus estudios. “Mi prioridad es la escuela, tener una carrera y después el ciclismo”, dice Francisco, de 16 años, quien desde luego no se quita de la mente el llegar a ser un ciclista internacional, para lo cual entrena hasta dos horas y media al día y agradece a Dios “por estar aquí y seguir mis sueños”.
SUS FRASES
Pancho Guillén / ex Dorado
- “Fue precisamente esa unidad la que llegó a tener a Chihuahua en la cima del basquetbol nacional durante muchos años. Chihuahua nutría a la selección y de allí que era considerado como la cuna del baloncesto”.
- “Tuve la oportunidad de convivir con una gran afición y sentir el cariño de toda esa gente a la que le gustaba ver lo que yo hacía en la cancha”
EN CORTO
Nombre: Francisco Javier Guillén Sagarnaga
Edad: 57 años
Estatura: 2.04m
Peso: 104 kgs.
Lugar Nac.: Delicias, Chih.
Fecha de Nac.: Noviembre 16 de 1962
Deporte: Basquetbol
Posición: Poste-centro
Profesión: Educación Física y Administración
Ocupación actual: Ramo de la construcción
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