Originario de la pequeña comunidad de Carbajal de Abajo en el municipio de Cusihuiriachi, el atleta Gabriel Aviña Díaz se dio cuenta de su talento al ganar siempre los primeros lugares en las competencias escolares de atletismo, hasta convertirse en un deportista de alto rendimiento que compitió recientemente en la olimpiada nacional, obteniendo medalla de bronce en salto de altura.
A sus 19 años de edad, Gabriel Aviña Díaz ya construye una carrera deportiva exitosa que se sustenta en las más de 15 medallas que ha ganado en competencias estatales, regionales y nacionales de atletismo.
Gabriel es un joven sencillo y trabajador, que a la par de sus actividades deportivas, colabora con su familia en labores agrícolas y de campo que combina también con su carrera profesional, ya que actualmente cursa el tercer semestre en la carrera de Ingeniería en Mecatrónica en el Instituto Tecnológico de Ciudad Cuauhtémoc, donde mantiene un promedio de 9.2.
“En el rancho se acostumbra uno a trabajar desde chico, a mis 12 años empecé a trabajar en las huertas, sembrando frijol, avena y fresa, años después aprendí a trabajar en la construcción asentando ladrillo, echando formas e instalando cerámica y tabla roca” refiere.
Actualmente el atleta es entrenado por el Coach, certificado por la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), Gamaliel Martínez Nuñez, Presidente del Club de Atletismo “Track and Field GT” que prepara a deportistas de la región en varias disciplinas.
Gabriel comenta que su mayor sueño es representar a México en juegos olímpicos y entrena todos los días para prepararse y seguir obteniendo buenos resultados, como lo fue su marca de 1.98 metros en salto, que le valieron la medalla de bronce en la Olimpiada Nacional celebrada en Chihuahua en el año 2019.
Uno de los principales obstáculos con los cuales se enfrenta Gabriel y cualquier deportista de alto rendimiento, es la obtención de recursos económicos para financiar equipo, entrenamientos, viáticos y otros gastos que surgen antes, durante y después de cada competencia.
Aunque cuenta con el apoyo de su familia y algunas becas menores que le permiten seguir trasladándose todos los días desde su comunidad hasta la escuela y después a sus entrenamientos, sueña con concretar un patrocinio que lo lleven a convertirse en una joven promesa del atletismo chihuahuense y en un futuro a la justa olímpica a nivel profesional.