Uno de los ganadores más merecidos en la historia del Premio Estatal del Deporte es Andrés Olivas, no solo por sus bastos logros dentro de la marcha, donde se desempeña, si no por todo el camino que recorrió hasta llegar a ganar la estatuilla de oro, junto a su incansable madre, quien incluso tenía dos trabajos para brindarle una mejor vida. Nunca dejaron de perseguir sus sueños.
Su madre, Guadalupe Nuñez es una incansable luchadora por sus hijos; se separó de su entonces esposo cuando Andrés era pequeño, sin embargo, esto no la detuvo para sacar adelante los sueños de sus progenitores. Tuvo que trabajar en dos empleos, tanto como cajera en Gobierno Municipal en las mañanas y en las tardes acudía a una paletería, todo con el objetivo de ofrecerles una mejor vida tanto a Andrés como a Pablo.
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“Soy hijo de una grandiosa mujer, Guadalupe Núñez; hermano de una gran persona, Pablo Olivas; y novio de una mujer muy especial”, aseveró y comentó: “Mi mamá, desde muy joven trabajó muy duro para lograr sacarnos adelante. Puedo decir que todo lo que soy se lo debo a su apoyo, dedicación y amor”.
Olivas Núñez no tuvo una infancia fácil, desde muy joven tuvo que iniciar con el trabajo, el cual alternaba con sus estudios y entrenamientos, desde los 11 años inició en el mundo laboral, en medio de una infancia complicada, en la cual vió adicciones dentro de su familia, sin embargo, esto lejos de desalentarlo dentro del deporte, lo motivó a seguir adelante, siempre respaldado por los valores que les inculcó su madre.
El deporte le cambió la vida a Andrés, así lo comentó el mismo, ahora, como egresado de la licenciatura en Administración del Instituto Tecnológico de Chihuahua en el plantel II, Olivas creció en la colonia Cerro de la Cruz, donde aseguró que se vive un ambiente envuelto en las adicciones, algo en lo que no cayó gracias a la marcha, donde se refugió y está triunfando.
Unos Juegos Olímpicos en Tokio 2020, medallas de bronce en los Juegos Panamericanos de Santiago y Juegos Centroamericanos y del Caribe en Barranquilla, además de seis medallas doradas en Nacionales, son competencias que respaldan una carrera llena de logros hasta el momento para el de Chihuahua, sin embargo, con historias de sacrificio detrás de ellas.
El marchista, especialista en los 20 kilómetros recibió el Premio Estatal del Deporte en su edición número XXXII, es la primera vez en su carrera que lo logra, fue acreedor de la estatuilla de oro, junto con 110 mil pesos que le servirán para su nuevo camino.
A pesar de que recibió un duro golpe, al no asistir a los Juegos Olímpicos de París 2024, esto no lo desanimó y comenzó con el trabajo para Los Ángeles 2028, un nuevo horizonte es el que se divisa para Andrés que sueña con asistir a una segunda justa de esta índole, con los apoyos de la mano de empresarios y los niveles de gobierno, buscará darle una alegría a su familia que nunca lo dejó atrás y a su gente en su entidad que siempre lo apoya.