Durante este 21 de diciembre, a las 3:48 pm (Hora del Centro) dio inicio oficialmente la temporada invernal con la llegada del solsticio de invierno, cuando el sol recorre la tierra en su punto más bajo ocasionando que la noche sea más larga y el día más corto.
Los solsticios marcan el inicio del invierno o el verano, son dos al año, uno durante el mes de diciembre y el otro fue el pasado 21 de junio respectivamente, mientras que la primavera y el otoño, los marcan los equinoccios.
Estos fenómenos astronómicos los causa la rotación de la tierra sobre su propio eje, junto con el movimiento que hace al rededor del sol, por lo que durante el solsticio de invierno, este recorre el planeta desde su punto más bajo, es decir da más la luz en el hemisferio sur y menos en el norte.
Con esto la noche del hemisferio norte es más corta el día y más larga la noche en comparación a cualquiera del año, mientras que en el solsticio de verano, el día es más largo y la noche más corta.
A partir de esta fecha los tiempos comienzan a cambiar y las noches se van a haciendo más cortas hasta que llega el solsticio siguiente, pues en el verano el sol se encuentra en su punto más alto y le da más luz al hemisferio norte.
El hemisferio norte y sur se dividen por la línea ecuatorial o (Ecuador), y en el norte entra parte del continente americano como Canadá, México, los Estados Unidos, las islas del Caribe y las Indias Occidentales.
El próximo 21 de junio del 2023 es el solsticio de verano, y será cuando los días comenzarán a hacerse más cortos y las noches más largas, pues las horas con las que medimos nuestros días no van siempre a la par con el tiempo de sol y de luna.
Mientras que los el próximo 20 de marzo es el equinoccio de primavera, que es cuando el sol se alinea sobre el plano del Ecuador (la línea que divide al planeta por la mitad), por lo que su luz incide en él, haciendo que la noche y el día duren lo mismo en todo el planeta.
Por otro lado, el viernes 22 de septiembre será el equinoccio de otoño, donde pasará algo parecido, este fenómeno se relaciona con el equilibrio por la duración del día y de la noche, y marca las otras dos estaciones.