Vida inteligente extraterrestre podría estar vigilando a la Tierra y los seres humanos, así lo aseguraron un par de funcionarios del Pentágono en Estados Unidos.
Aunque parece un argumento salido de una película de ciencia ficción, no lo es, pues se han dado a conocer reportes de dos funcionarios de alto nivel en el gobierno estadounidense: Sean Kirkpatrick, director de la Oficina de Resolución de Anomalías de Todos los Dominios (AARO) del Pentágono, y Abraham Loeb, presidente del Departamento de Astronomía de la Universidad de Harvard.
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La investigación publicada el 7 de marzo fue reportada por el diario The New York Post, donde se señala que "un objeto interestelar artificial podría ser potencialmente una nave principal que libera muchas sondas pequeñas durante su paso cercano a la Tierra, una construcción operativa no muy diferente de las misiones de la NASA”.
"Estas 'semillas de diente de león' podrían separarse de la nave principal por la fuerza gravitatoria de las mareas del Sol o por una capacidad de maniobra", se afirma.
La revelación se hizo gracias a AARO, el órgano creado con la única tarea de rastrear objetos en el cielo, bajo el agua y en el espacio, o posiblemente un objeto que tenga la capacidad de moverse de un dominio a otro; todos ellos ajenos a la creación humana.
La AARO se creó en 2022 tras la orden que el Congreso de EU dio a la NASA de identificar el 90% de los objetos que se encuentran cercanos a la Tierra de un tamaño mayor de 140 metros.
Como resultado de dicha tarea, el 19 de octubre de 2017, el telescopio Pan-STARRS detectó un objeto interestelar inusual que luego se denominó "Oumuamua", o "explorador" en hawaiano.
Las características que el objeto presentaba eran forma de cigarro, parecía plano y fue expulsado del Sol sin mostrar la cola de un cometa, lo que llevó a los científicos a creer que era artificial.
El informe también dijo que seis meses antes de que "Oumuamua" hiciera su acercamiento más cercano a la Tierra, un meteorito interestelar del tamaño de un metro, IM2, se estrelló contra la Tierra y mostró una velocidad idéntica en relación con el Sol a grandes distancias y una forma idéntica a "Oumuamua".
“Con un diseño adecuado, estas diminutas sondas llegarían a la Tierra u otros planetas del sistema solar para su exploración, ya que la nave principal pasa a una fracción de la separación entre la Tierra y el Sol, tal como lo hizo 'Oumuamua'”, escribieron los autores.
Los astrónomos no podrían notar el rocío de las mini sondas porque no reflejan suficiente luz solar para que los telescopios de exploración existentes las noten.
Con esta información se podría temer la llegada inadvertida de diminutas sondas espaciales enviadas para explorar o tal vez para espiar a la raza humana por parte de civilizaciones más avanzadas.
Nota publicada en La Prensa