Los hombres podrían encontrar una gran excusa para comer más durante la época de verano, luego de que se revelara en un estudio, que el calor provoca que tengan más hambre.
De acuerdo a este estudio, publicado por Nature Metabolism, esta reacción al calor no solo la tienen los hombres, si no también los ratones y en estos solo aplica igual para los machos.
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¿Por qué el calor da más hambre?
Los informes derivados de este estudio, el cual recabó datos de 3 mil hombres, el aumento del hambre con el calor, tendría que ver con la radiación solar y debido a que esta está en su máxima en la época de verano.
La investigación recuerda que la necesidad de consumir alimentos está controlada principalmente por la comunicación entre los tejidos periféricos y el cerebro, siendo que las hormonas que se liberan desde órganos como el intestino, el tejido adiposo y el hígado llegan a regiones cerebrales específicas, como el hipotálamo, que dicta la necesidad de comer o parar, según la cantidad de energía disponible en el cuerpo.
La exposición solar induce el comportamiento de búsqueda de alimentos e ingesta de los mismos en los hombres, una conclusión que fue respaldada por estudios que hicieron también en ratones machos.
¿Por qué el calor solo afecta a los hombres?
Tanto en los ratones como en los hombres, el aumento del apetito se correlaciona con niveles elevados de grelina circulante, la llamada hormona del hambre, que segregan las células grasas de la piel.
Durante diez semanas, los roedores fueron expuestos a diario a los rayos ultravioleta (UV), lo que estimuló la liberación de grelina, que al llegar al hipotálamo aumentó el apetito en los ratones macho, promoviendo así la ingesta de alimentos y el incremento de peso.
Sin embargo, este efecto se redujo en los ratones hembra porque la hormona sexual estrógeno interfirió en la liberación de grelina de las células grasas de la piel.
Los autores desarrollaron, además, un montaje experimental con muestras de piel humana masculina expuestas a los rayos UV durante cinco días. Esa exposición al sol provocó un aumento de la expresión de grelina, lo que coincide con el incremento del comportamiento de búsqueda de alimentos observado tras la exposición solar.
Los autores concluyen que este trabajo identifica la grasa de la piel como un posible mediador del comportamiento alimentario a través de la exposición a la luz solar, añadiendo potencialmente un nuevo subtipo de tejido graso a la ecuación del balance energético.