Seguramente conoces la historia de Mulan, guerrera china que se vistió de hombre para ir a la guerra en lugar de su padre; pues aunque no lo creas, México tuvo a su propia versión de la famosa heroína, se trata de una mujer que participó en el ejército Maderista durante la Revolución, conoce la fascinante historia de Valentina Ramírez.
Conocida como la Mulan mexicana, la Valentina, o la Leona de Norotal, Valentina Ramírez formó parte de las tropas de Francisco I. Madero en 1910, cuando inició la Revolución Mexicana. Debido a las costumbres de la época, en que las mujeres no solían participar en luchas armadas, Valentina decidió vestirse de hombre para ocultar su identidad.
Una heroína olvidada de la historia de México
Pese a ser tan buen soldado, que logró ascender al grado de teniente en menos de un año, la historia de Valentina ha sido olvidada poco a poco, siendo dejada a un lado en los libros de historia. Por lo que, tras una película y algunas canciones sobre su vida, la mujer falleció en el abandono y la miseria, a finales de los años setenta.
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Se dice que nació en Norotal, Durango, un 14 de febrero de 1893. Su padre era un viejo campesino que se unió a los revolucionarios; sin embargo, murió al poco tiempo. Por lo que, siguiendo su ejemplo, la joven Valentina quiso hacer lo mismo que él, pero había un problema, estaba prohibido que las mujeres se convirtieran en soldados.
Decidida a cumplir con su objetivo, Valentina ideó un plan para unirse a la lucha armada; consiguió ropa de hombre, se cambió el nombre y adoptó una nueva identidad. Practicó por un largo tiempo hasta ser capaz de montar a caballo usando los mismos movimientos que sus hermanos varones, incluso hablaba utilizando un tono de voz más grave para no levantar sospechas.
La mujer guerrera es descubierta por accidente
Por un largo tiempo, el plan de Valentina dio resultado, debido a su tenacidad y carácter fuerte, ninguno de sus compañeros se atrevía a cuestionarla, mucho menos tras ser nombrada teniente.
Todo marchaba bien y sin levantar sospecha alguna, hasta que, en un momento de descuido, todo se vino abajo, pues un compañero vio las trenzas de Valentina, ocultas bajo el sombrero. Al principio, se pensó que se trataba de un espía, pero más tarde, descubrieron que en realidad se trataba de una mujer.
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Sin embargo, a diferencia de la leyenda de Mulan, el castigo para Valentina no fue tan drástico, al contrario, pese a que la expulsaron del regimiento, todos la felicitaron por su valentía.
Sintiéndose derrotada, Valentina volvió a casa para reunirse con sus hermanos, quienes lejos de recibirla con orgullo, la rechazaron y le reclamaron por no estar presente durante el funeral de su padre.
Valentina muere sola en el olvido
Pese a que años más tarde, la mujer contrajo matrimonio con un coronel, éste falleció poco después, por lo que Valentina terminó pidiendo limosna para sobrevivir. Al no ser candidata para recibir pensión militar, trabajó lavando ropa y como empleada doméstica.
Durante sus últimos años, Valentina sufrió un accidente en los años sesentas y tuvo que ser internada en un asilo para ancianos. Logró escapar, y vivió de las limosnas hasta su muerte, diez años más tarde.
No obstante, a pesar de no ser incluida en las crónicas de la época, un empresario decidió nombrar a su producto en honor a la guerrera mexicana. Fue así como la famosa salsa picante Valentina obtiene su nombre.
Al día de hoy, dicha salsa es ampliamente conocida tanto en México como en Estados Unidos, aunque muy pocos saben que le debe su nombre a una valiente mujer que lo perdió todo por defender los ideales de su padre y su patria.
Publicada originalmente en El Sol de Parral