Si has cocinado algunas veces en tu vida seguro sabes que hay que tenerle cuidado a la carne cruda, pues si la consumes en mal estado podría ocasionar una intoxicación o en el caso del pollo podrías contraer la salmonelosis.
Por esto se ha generado una tradición de “lavar” el pollo antes de coserlo para su consumo, para esto se hace uso diferentes métodos, algunos lo hacen solo con agua corriente y otros hasta usan jabón para esto, sin embargo, ¿es necesario o seguro hacerlo?
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Pues la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma de México (UNAM) contesta la pregunta, en colaboración con el área de Divulgación de la Ciencia.
¡El pollo NO se lava!
Según la información publicada en la página de facebook (Divulgación de la Ciencia, UNAM), esto no es un proceso necesario y, es importante señalar que, puede ser contraproducente para la salud de los que coman este alimento o vivan en la casa donde se prepara.
Lo anterior pues este alimento, cuando está crudo, es el hogar de bacterias como Campylobacter, Salmonella sp y Staphylococcus Aureus, que pueden ser responsables de infecciones estomacales.
Cuando lavas el pollo, además de que no se eliminan estas bacterias, si no que aumenta el riesgo de contraer infección, también esparces en tu área de cocina las mismas, y pueden llegar a caer hasta en platos o otros alimentos.
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A este suceso se le llama “Contaminación cruzada” pues comida que estaba en perfecto estado se puede convertir en la fuente de alguna enfermedad, en especial si se trata de frutas o verduras que comas crudas.
Por esto, los expertos recomiendan evitar este paso, y cocinarlo de forma directa, pues el calor hace lo suyo y mata estas peligrosas bacterias.
Algunas recomendaciones
- Cómo comprar y almacenar el pollo: En el mercado verifica que el pollo esté frío y bien empaquetado. Elige envases sellados sin fugas. Una vez en casa refrigera el pollo crudo a 4°C o menos. Si no lo vas a cocinar en 1-2 días, congélalo.
- Puedes descongelarlo en el refrigerador, lo que puede tardar varias horas o hasta un día completo dependiendo del tamaño, usar el microondas, cocina el pollo inmediatamente después para evitar que las bacterias crezcan, o bien colócalo en una bolsa hermética y sumérgelo en agua fría, cambiando el agua cada 30 minutos.
- Al prepararlo, lávate las manos con agua y jabón y desinfecta las tablas de cortar, cuchillos y encimeras antes y después de manipular pollo crudo. Por último usa utensilios, tablas y platos diferentes para el pollo crudo y los alimentos listos para comer.
- Para saber si está listo, el pollo debe alcanzar una temperatura interna de 74°C (165°F), puedes verificarlo con un termómetro de cocina. Además asegúrate de que los jugos del pollo estén claros, no rosados, es importante que las partes como el muslo, la pechuga y las alas deben estar bien cocidas.