Las abejas son fundamentales para el medio ambiente, cumplen la importantísima labor de la polinización que permite que las plantas se reproduzcan, sin embargo, es bien conocido que son una especie amenazada por la actividad humana.
El cambio climático y la contaminación ambiental representan amenazas para esta especie, y son causas de la alarmante disminución de su población. En el estado de Chihuahua hemos sido testigos de la dura sequía que afecta el campo, así como la deforestación y la pérdida de los ecosistemas, todo ello afecta a estos insectos indispensables para la salud del medio ambiente.
Ante esto, algunas personas han optado por poner bebederos con agua azucarada o miel para abejas. Lo cual abrió el debate: ¿ayuda esta tendencia a las abejas o representa algún peligro?
La miel y el azúcar raramente albergan algún microbio que transmita enfermedades. Y además, estas fuentes de hidratos de carbono, les brindan energía a los insectos para que puedan continuar su jornada cuando viven en un ambiente seco y falto de flores.
Incluso, como refiere Gonzalo Lugo, apicultor de la región sur del estado, es común que los mismos apicultores coloquen agua endulzada para que las abejas se alimenten en tiempo de sequía. Por ello se puede afirmar que es seguro alimentar a las abejas con miel o azúcar disueltas en agua.
Para facilitarles la vida a estas incansables trabajadoras, es posible colocar el agua pura o endulzada en recipientes con piedras o canicas que les permitan posarse sin el riesgo de ahogarse.
Aunque es posible que el agua con azúcar se vuelva ácida y avinagre, las abejas simplemente dejan de beber de ella sin sufrir ningún daño. Por ello sería recomendable cambiar el agua con regularidad.
Amenazas para las abejas
Sin embargo, sí existen peligrosas bacterias para las abejas, como el bacilo Paenibacillus larvae, que transmite la enfermedad loque americana. Esta afecta a las larvas de las abejas impidiendo que se desarrollen.
Las abejas, como animales sociales, son especialmente vulnerables a las epidemias, y una vez que una abeja contrae la enfermedad es probable que todo un enjambre caiga con ella. La bacteria se reproduce mediante esporas muy resistentes, pero estas pueden llegar a través de diferentes medios, no necesariamente del agua azucarada.
Finalmente, la amenaza más grande para las abejas proviene del daño ambiental causado por los humanos, por lo que, si estamos preocupados por la supervivencia de esta importante especie, será necesario participar del cambio colectivo hacia prácticas ecológicamente amigables y la recuperación de espacios naturales.