Basura y senderistas irresponsables son de las principales causas que generan incendios en zonas forestales cerca de la mancha urbana, así como en pastizales de terrenos y predios baldíos, lo anterior, de acuerdo con lo expuesto por el subdirector del Heroico Cuerpo de Bomberos y Rescate de Chihuahua, Carlos Martínez.
El bombero dio a conocer que en un periodo de enero a octubre del presente año, se han registrado y atendido un total de 973 incendios forestales y de pastizales, especificando que por forestal se refiere a los cerros que rodean a la capital.
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“Por forestales en la mancha urbana se maneja como áreas cerriles que son los cerros, y ya bajando a la ciudad se ven estos siniestros en los pastizales”, señaló Martínez.
Cabe destacar que es durante la temporada de calor se incrementan este tipo de incendios, debido a la basura, como plásticos y vidrios, que al contacto con el sol y el calor, generan chispas que inician incendios en estas zonas.
Asimismo, otro de los factores que el Cuerpo de Bomberos identificó como principales en los incendios forestales y de pastizales en Chihuahua, son los senderistas que visitan las zonas cerriles sin precauciones y dejan materiales inflamables que posteriormente, son los responsables de los incendios.
De igual forma, en esta temporada de invierno, donde el pasto se seca, es todavía más probable que el fuego tome fuerza en las zonas donde hay pastizales y basura, además que el viento propaga el siniestro, haciendo de este evento más difícil de manejar.
“Ahora por la temporada de invierno, es exactamente lo mismo, ya sea por el sol o por algún senderista irresponsable que deje materiales que provoquen indicios de incendio”, comentó el bombero.
El evento relacionado con el fuego en áreas forestales que más impactó a la ciudadanía durante el año, ocurrió durante el mes mayo, donde los habitantes de la capital quedaron sorprendidos debido a un voraz incendio se extendía por el Cerro del Caballo.
Este incendio causó gran revuelo en la ciudadanía debido a que durante la tarde del 5 de mayo, una luz roja y una enorme columna de humo se extendía por todo el poniente de la ciudad, amenazando con continuar su camino expandiéndose por los demás cerros.
En esta ocasión, la conflagración fue controlada por los elementos de bomberos en conjunto con otras corporaciones de los tres niveles de gobierno, como la Coordinación de Protección Civil y CONAFOR, quienes trabajaron para minimizar el daño al medio ambiente.
Dos activistas de la protección al medio ambiente señalaron en su momento que el incendio se debió a un incendio que debía de ser controlado, generado por una constructora que pretendía hacer una obra en el lugar, sin embargo, se le salió de las manos, provocando el desastre natural que dejó fauna y flora de la zona dañada.