En el pueblo de Santa Isabel, a unos cuantos minutos de la ciudad de Chihuahua, se encuentra el edificio de una antigua clínica abandonado. Se trata de un lugar ciertamente atemorizante, en el que grupos de jóvenes incursionan, a veces bajo el influjo del alcohol, en busca de una experiencia sobrenatural, se adentran atraídos por los sangrientos rumores que circulan sobre el viejo hospital.
En los años setentas, un médico, de nombre Roberto Fierro abrió la clínica, que funcionaba como un asilo para enfermos y personas con adicciones. Esta clínica, conocida popularmente como el “manicomio de Santa Isabel”, cerró sus puertas a mediados de los años noventa, después del fallecimiento de Fierro.
Los rumores difundidos en Discovery Channel desde el año 2012, dicen que el doctor Fierro había enloquecido y “matado uno a uno” a sus pacientes, quienes se encuentran supuestamente enterrados en una fosa común, dentro del mismo hospital.
Además de esos terribles dichos, en la actualidad se afirma que el hospital es habitado por los fantasmas de esas personas que habrían sufrido unas condiciones infrahumanas, antes de morir asesinadas. Un pariente del director del hospital, de nombre Amador Fierro, afirmó ante las cámaras de Discovery Channel, que en el hospital abandonado se escuchan toda clase de ruidos inexplicables, como pasos, crujidos, gritos y el arrastrar de cadenas.
Los rumores sangrientos
Según rumores que circulan en las redes sociales, tras la desaparición del doctor Fierro, el personal fue abandonando poco a poco la clínica, y los pacientes que quedaron vivos, que serían alrededor de 30, habrían sido dejados a su suerte en el hospital.
A partir de entonces, los enfermos vagabundeaban en el pueblo de Santa Isabel, reconocibles por su vieja y sucia bata de hospital, pero poco a poco fueron dejados de ser vistos por la población.
También entre los habitantes de ese pueblo, circula la versión de que el director del sanatorio no murió, sino que al igual que sus pacientes, perdió el juicio, y comenzó a torturarlos y matarlos de horribles maneras. Hasta que sus familiares lo internaron en un hospital psiquiátrico en algún lugar de Estados Unidos.
Aunque los hechos narrados resultan aterradores, y el lugar, sin duda, parece inquietante, con sus paredes rotas y su soledad. No existen pruebas de que esos crímenes se hayan cometido. Los vecinos que conocen el lugar desde que se encontraba en funcionamiento, desmienten las versiones que dicen que el doctor haya matado a alguien.
Sin embargo, el poder de los rumores sangrientos sigue atrayendo curiosos, que acuden al antiguo hospital esperando encontrarse con lo paranormal.