¿Alguna vez has escuchado sobre la progeria? La progeria es una rara condición que provoca el envejecimiento acelerado del organismo y convierte en ancianos prematuros a niños en su adolescencia y con pocos tratamientos eficaces, pero un equipo científico internacional, dirigido Juan Carlos Izpisua , de origen español, ha demostrado que se pueden revertir los síntomas de la enfermedad y alargar la vida. De momento, solo en ratones.
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¿Cuál es la meta?: Mejorar la salud
Un equipo de científicos actualmente realizan estudios al respecto y han tenido exito con una estrategia ya utilizada para otras enfermedade: la terapia antisentido, una tecnología segura que ya ha sido aprobada para el tratamiento de la distrofia muscular y diversos tipos de cáncer.
Debido a sus bondades los investigadores vislumbran una rápida utilización: “La especificidad, la baja toxicidad en general y la facilidad del proceso abre la puerta a un desarrollo terapéutico para el uso de estas moléculas en la clínica”, señalan. Un conocimiento más detallado de este proceso dará lugar a un rejuvenecimiento celular y, con él, a una mejora de la función de los tejidos.
La investigación
Izpisua y su equipo eran conscientes de que una de las características moleculares, tanto del envejecimiento normal como de los síndromes progeroides, es la alteración de la organización del ADN en el núcleo celular.
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¿Cómo ocurre esto? Cuando el ADN se empaqueta de forma diferente, cambian los genes que están accesibles para que la célula los pueda leer y por ende, cambia drásticamente el comportamiento y la función celular. El genoma humano contiene cientos trozos de ADN que se propagan y mueven por el genoma, además de codificar ARN LINE-1.
Entonces, se cuestionaron si cuando los elementos en lo celular se acumulan previo a que sucedan los cambios estructurales en el ADN, entonces sabrían qué es lo que los modifica, con esta teoría lograron evidenciar que la acumulación se da en un paciente de progeria.
Los detalles de este prometedor trabajo han sido publicados en la revista Science Medical Translational. De hecho, los investigadores se están planteando futuros estudios para comprender mejor qué causa la acumulación de ARN LINE-1 y cómo prevenirla con fármacos en humanos.