Embarazos, préstamos de dinero (que nunca serán pagados), compra de casas y noticias espectaculares en medios de comunicación son solo algunos de los más típicos ejemplos de bromas usadas por quienes aprovechan la licencia del día de los Santos Inocentes para burlar a aquellas “palomitas” distraídas que no advirtieron que estaban siendo víctimas de un pueril juego.
Pueril… no hay mejor palabra para describir esta tradición que se remonta al nacimiento de Jesús, cuando el rey Herodes I, el Grande, ordenó el asesinato de cientos, quizás miles de niños menores de dos años, ello con el fin de evitar que de entre los niños se levantara aquel que lo despojaría del trono para ser llamado el Mesías, rey de Israel.
Es precisamente en honor a estos pequeñitos, que fueron sacrificados, por quienes se celebra el día de los Santos Inocentes. El fin de jugar bromas a nuestros semejantes es de hecho la manera de actuar como niños, como infantes, pues son ellos quienes más disfrutan contando historias falsas o inventando astutos chascarrillos.
Antes de que el día de los inocentes se celebrara como tradición cristiana, los paganos llevaban a cabo una festividad llamada Día de los Locos, en la que llevaban a cabo rituales de cosecha y fertilidad y cuyo festejo se encontraba cronológicamente ubicado entre Navidad y Año Nuevo.
Fue aquí donde los grupos religiosos vieron una oportunidad para convertir a los paganos y llevarlos a la nueva fe, por lo que al final, la conmemoración de la muerte de los niños se combinó con el Día de los Locos, celebrándose desde entonces cada 28 de diciembre.
Aunque es una festividad común en diferentes partes del mundo, en cada uno de estos países se lleva a cabo una celebración distinta a la otra, por ejemplo, en Alicante, España, se efectúa la Fiesta de los Enharinados, misma que se celebra con una divertida y amistosa batalla pública de harina.
En El Salvador, decenas de personas salen a la calle para presenciar el desfile de carrozas adornadas con imágenes de niños, en lo que es además la fiesta patronal de Antiguo Cuscatlán. Pese a estas distintas maneras de llevar a cabo la conmemoración de los niños, en países de habla hispana, sin embargo, existe un punto en común, el cual es, precisamente, jugar bromas.