El otoño es alentador en lo que al aspecto de la piel se refiere. El cálido verano suele dejar un tono bronceado que ilumina el rostro y nos presenta delante del espejo la versión más saludable y descansada de nosotros.
Este tono bronceado minimiza la diferencia de color con las ojeras, las manchas o imperfecciones. Además, cualquier producto hidratante aporta un brillo más favorecedor.
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Por desgracia, esto es solo un espejismo, y según avanza el otoño, las consecuencias del verano sobre la piel van haciendo su aparición, que hace que pasemos de nuestra mejor versión a (casi) la peor.
Esto evidencía que la piel en otoño lo que necesita, fundamentalmente es reponerse de los 'sufrimientos' del verano, que los hay, aunque nos los veamos, y son muchos.
La piel en otoño: las consecuencias del verano
El aspecto de nuestra piel después del verano es pasajera , como la que se consigue al aplicar maquillaje. Porque, los daños que sufre el rostro y los enemigos a los que tiene que enfrentarse en invierno, van por dentro.
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Lo normal, a principios de otoño, sería que nos encontráramos que nuestra piel está descansada, pero igual de limpia, tersa y jugosa que antes de las vacaciones, y sin embargo la mayoría de pieles presentan cierta congestión por la suma de restos de producto mal retirado o suciedad, además influyen el cambio de dieta y hábitos: falta o exceso de sueño, exceso de sal, alcohol, dieta por lo que el otoño es la estación donde hay que 'reparar' los efectos de l verano.
Aumento de manchas arrugas, flacidez, retos de la piel en otoño
Atodo esto hay que sumar más retos a los que se enfrenta la piel en otoño. Porque la consecuencia directa de haber tomado el sol en verano es uno de los enemigos número uno y más temidos, de la piel: la manchas.
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¿Y por qué las manchas hacen su aparición en otoño? Su aparición se debe a la acumulación de melanina en una zona determinada de la piel, y por motivos de mayor exposición es en verano cuando más melanina generamos.
Otro reto del otoño en términos cutáneos: la deshidratación y las arrugas, porque tras el exceso de radiación solar, la piel se vuelve seca, áspera y se acentúan las líneas de expresión. Entonces cuando el bronceado se va, el rostro se ve más envejecido en general.
Limpieza delicada de la piel en otoño
A grandes males grandes remedios. Y, como manda toda rutina de belleza, el primer paso es la limpieza.
Expertos coinciden en que esta limpieza ha de ser constante, pero suave. No vale intentar reparar los daños cutáneos a la fuerza. Por eso, hay que evitar una higiene excesiva, que hace que nuestro sistema inmunológico se debilite y puede llegar a provocar dermatitis o alergias.
Mientras dure el bronceado, es recomendable una rutina de con leches y bálsamos nutritivos y no espumosos, dejando estos como gesto ocasional de una o dos veces por semana máximo, para terminar con un tónico sin alcohol ni aceites esenciales rico en agentes captadores de agua como el ácido hialurónico y la glicerina.
Renovar y exfoliar la piel, clave en otoño
En el tema de renovar la piel se puede utilizar activos exfoliantes como el ácido glicólico (siempre en dosis adecuadas a cada tipo de cutis).
Y no hay que olvidar incluir entre los activos cosméticos renovadores el retinol o ácido retinoico, comenzando con bajas dosis al principio, y siempre mejor de noche, aconsejan los expertos.
Cuidar la piel en otoño o cómo acabar con las manchas
Algo más ardua es la tarea de 'reparar' aquellas pieles que no se han protegido adecuadamente de la radiación solar y que en cuanto pierden el bronceado, dejan ver nuevas pigmentaciones.
Aquí entran en juego los ingredientes cosméticos despigmentantes que mejoran la atenuación de las manchas, aunque para lograr resultados efectivos es muy importante ser constante.
Activos como los ácidos tranexámico, kójico, salicílico, elágico, fítico y otros como la vitamina C, la genisteína, arbutina o el regaliz son aquellos que tienen una función antidespigmentante más destacada.
Sobre estos, se recomienda que se utilicen compuestos personalizados, tras haber sometido a las manchas a un examen clínico, y, cuando el otoño está más avanzado, pasar al uso de hidroquinona, que inhibe la formación de melanina -"todo en fórmulas magistrales y bajo control médico para que funcionen adecuadamente.
En otoño, también, protección solar a diario
Los protectores solares son solo para el verano, Para los dermatólogos, no hay mejor crema antiaging que un fotoprotector, porque "es el encargado de bloquear los rayos UVA y UVB y retrasar el envejecimiento de la piel, evitando la aparición de manchas e hidratando de la piel".
Otro aliado del verano, el aftersun, también tiene mucho que decir en los primeros momentos del otoño. Porque este cosmético no es solo para aplicar literalmente tras el sol y calmar el eritema, sino para nutrir y reparar las consecuencias de la exposición solar y esto llega algo más de tiempo. Por ello, no está de más usarlo como crema hidratante al menos hasta que se haya calmado nuestra piel y veamos coóo el bronceado empieza a desvanecerse. Además de que así no corremos el riesgo de guardarlo para el año siguiente si nos ha sobrado, algo que, al igual que con los productos de protección solar, nunca debemos hacer.
Otros cuidados faciales de otoño: activos antiaging y mascarillas
Las mascarillas y los aceites son el básico en otoño. Si hay algún momento en el que la piel demande el uso de mascarillas intensivas, es este, así que se deben completar las rutinas faciales con la aplicación de dos o tres mascarillas hidratantes a la semana. Si además se puede introducir un aceite que aporte un extra de nutrición y que sea calmante para la piel, muchísimo mejor. En pocos días la piel se sentirá más confortable, jugosa, elástica y luminosa".
Por su parte la astanxantina, un antioxidante muy potente, que proviene de un alga,es recomendable para antes y después del verano y mientras duren los meses de calor y exposición al sol, porque es eficaz contra el fotoenvejecimiento.
Un último pero no menos importante cuidado para la piel, la alimentación
Somos lo que comemos, más aún en cuestión de piel, por lo que para su regeneración otoñal, el cutis requiere tanto macronutrientes que son las proteínas y los ácidos grasos, como micronutrientes es decir vitaminas A, C y D que las obtenemos de los distintos alimentos, advierten.
Por último, necesitamos una buena hidratación para el cuidado de nuestra piel. Cuando tenemos la piel seca, pierde colágeno y por tanto el envejecimiento se acelera. Por ello, una buena hidratación previene la aparición de arrugas y los signos de edad, además de mantenerla limpia y sana. La cantidad ideal de agua que hay que beber al día es de dos litros diarios.