Como todo mito, la historia se cuenta de muchas maneras, los elementos suelen ser debatibles, pero lo esencial permanece. Es el caso del origen de la bebida mundialmente conocida ‘Margarita’, uno de los cócteles más asociados a México y la zona fronteriza. Hay quienes aseguran que la refrescante bebida surgió en el Casino-Spa, Agua Caliente en Baja California, otros que surgió en el Rancho La Gloria en Los Ángeles, Estados Unidos y algunos aseguran que sucedió en Acapulco, Guerrero.
Sin importar si fue creada en uno u otro lugar inspirado por la belleza y el paladar de las mujeres más exquisitas de la época, (Marjorie King, Rita Hayworth, Margarita Orozco o Margarita Sames), esta copa con sabor cítrico ha permanecido en el gusto de la gente a lo largo del tiempo. Prueba de ello es el “Club Kentucky”, ubicado en la avenida Benito Juárez 643, Centro, 32000 Cd Juárez, Chih, recinto que ha visto pasar las estrellas más grandes de Hollywood y así como a los mafiosos más buscados de su era. Entre sus clientes se encuentran Marilyn Monroe, Liz Taylor, Jim Morrison, Al Capone y desde luego Juan Gabriel, entre muchos más.
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Por sus mesas se han servido copiosos tragos de todo tipo así como cerrado negocios, pactos de amor y un sin fin de historias que celebran la vida y toda ocasión. Su barra de caoba es casi tan interesante como el lugar mismo; ya que a lo largo de sus dos metros de hechura han convivido cientos de personas de diversas épocas antes de estar empotrada al bar juarense, navegó en un buqué mercantil europeo, zarpando de Francia para cruzar el Atlántico y encallar en Nueva Orleans, EU, para finalmente ser adquirida por Francisco Montes en 1919 y reposar en la urbe mexicana, donde resplandece intacta como en sus mejores años.
Un hombre visionario
Para festejar la vida no hacen falta motivos, y eso lo supo desde siempre el empresario mexicano Francisco Montes, dueño del Club Kentucky, quien tuvo el preciso tino de abrir el local en un periodo de posguerra y ley seca en Estados Unidos durante el año 1919, para finalmente abrir sus puertas en el otoño de 1920.
Haciéndose de fama rápidamente, al saciar la sed de sus visitantes con bebedizos increíbles, buen trato y comida deliciosa. Entre sus paredes cuelgan los retratos de sus más célebres parroquianos, muchos de ellos toreros, boxeadores y políticos, como: Manolete, ‘El Ratón’ Macías o Miguel Alemán Valdés, respectivamente, a todos ellos se le trató con la misma dignidad y discreción -que uno espera recibir cuando va a un bar-.
El éxito fue tal que de ambos lados de la frontera se congregaron cientos de personas para beber un ‘Old Fashion’, ‘Negroni’ o ‘Carta Blanca’ y ser parte del hip, del momento.
Un elemento que cabe mencionar es que en el Club Kentucky, -no discriminaba a nadie- señala uno de sus más viejos parroquianos Alán Echeveste, quien empezó a frecuentar el lugar desde los 17 años, en el año 1965, hoy el retirado contador tiene 74 años y en todo ese tiempo ha ido al lugar en promedio dos o tres veces por semana. “Cuando vine la primera vez aquí, había muchos problemas raciales en EUA y de género; de manera que los negros, latinos y mujeres no eran bienvenidos en muchos lugares, pero en el Kentucky todos eran recibidos con botanita y alegría por igual. Es un lugar entrañable, los meseros siempre se acuerdan de tu nombre y tus gustos.” añade el fiel consumidor.
Bajo esa visión prosperó ‘El Kentucky’, -como le llaman sus visitantes cariñosamente al local de la colonia Juárez-, trato amable, bebidas fabulosas e ingreso diario, le granjeó un boleto a la posteridad, mientras que a los bares elitistas los consumió el olvido y el tiempo.
No obstante el trago más amargo justo lo bebieron al momento de festejar su centenario, al coincidir con la pandemia del año 2020, que pese a todas las contrariedades sufridas en el pasado en el país, nunca se había visto forzado a cerrar sus puertas. El motivo fue la pandemia Covid-19, que condenó el aforo mayor de 5 personas en un espacio no ventilado.
El gerente Sergio Peña indica que tanto sus trabajadores como sus clientes habituales padecieron la clausura, así como la imposibilidad de hacer un festejo por los 100 años de existencia. “Fue muy penoso no poder agasajar a nuestros clientes y turistas en el 2020, pero desde entonces hacemos que cada comensal viejo o nuevo experimente el gozo de volver, cómo le sucedió en su momento a Cantinflas o Sinatra”. concluye el restaurantero.
De modo que si tienes en mente viajar a Juárez no olvides poner al Club Kentucky al principio de tu lista de prioridades para engrosar la lista de personalidades que han quedado fascinados con sus bebidas, noches de mariachi y taquitos de asada.