El Festival de Cannes es uno de los más grandes honores dentro del mundo artístico, convirtiéndose en el más publicitado del mundo, sobre todo durante la ceremonia de apertura y el paseo por la alfombra roja, por la que han desfilado miles de cineastas, estrellas y profesionales de la industria cinematográfica.
Creado originalmente como un evento turístico para recompensar a la mejor película, con el tiempo se ha vuelto también cuna de todo tipo de escándalos en el medio de la farándula, de manera similar a la premiación de los Oscar; sin embargo, en esta ocasión, el festival fue el centro de las miradas internacionales por otro motivo.
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En su edición de este año, el Festival de Cannes llama la atención por proyectar diversas películas de cineastas ucranianos, quienes intentan documentar la situación bélica que atraviesa su país tras la invasión rusa. Incluso, el festival prohibió la asistencia de rusos que tuvieran vínculos con el Kremlin.
La guerra en Ucrania se vuelve el centro de atención en el Festival de Cannes
Sin duda, la situación más polémica hasta el momento en el festival, con motivo de la guerra en Ucrania, fue el ocurrido durante la noche del pasado viernes 20 de abril, cuando la modelo Alessandra Ambrosio acaparaba los flases de las cámaras en la alfombra roja, mientras una misteriosa mujer vestida de negro esperaba su momento de entrar a escena.
Todo sucedió en un instante, la mujer de negro se situaba den unas escaleras cuando de pronto irrumpió de manera intempestiva sobre la alfombra roja y se quitó la ropa, su cuerpo semidesnudo portaba solo unas pantaletas cubiertas con un líquido rojo emulando ser sangre, mientras que sus pechos y torso estaban pintados con letras negras, sobre un fondo azul y amarillo.
Se trataba de un mensaje con la frase "dejen de violarnos", plasmado sobre los colores de la bandera ucraniana, todo esto sucedió al mismo tiempo que la joven denunciaba a gritos la situación de las mujeres que están siendo violadas y abusadas sexualmente por los soldados rusos en territorio ucraniano.
El mundo entero se hizo eco de la singular protesta, mientras que la activista era sometida por el equipo de seguridad del certamen cinematográfico. Al poco tiempo, un hombre cubrió a la mujer con su chamarra y la denunciante fue llevada lejos de las cámaras; no obstante, el mensaje ya había sido visto alrededor del mundo.