Durante siglos, la cascada de Piedra Volada permaneció como un secreto, guardada en lo profundo de las barrancas de la Sierra Tarahumara, sólo los habitantes locales de Huajumar conocían de su existencia, sin embargo, en la actualidad es considerada como la cascada más alta de México.
Con una caída libre de aproximadamente 453 metros (1,486 pies), esta maravilla natural de difícil acceso, también se destaca como una de las cascadas más altas de América.
La cascada secreta
Piedra Volada era sólo conocida por los habitantes de Huajumar, una población mayormente indígena que tenía poco contacto con el exterior. Así que sólo había rumores sobre la existencia de una cascada extraordinariamente alta.
Fue hasta el año de 1995, cuando la existencia de Piedra Volada fue confirmada por el Grupo de Espeleología de Ciudad Cuauhtémoc encabezado por Carlos Lazcano quienes también calcularon la altura.
A pesar de que tiene casi medio kilómetro de alto, Piedra Volada, no lleva agua todo el año, así que se considera una cascada temporal. Pero durante la temporada de lluvias, cuando el torrente de agua es abundante, la cascada se convierte en un espectáculo que atrae a los turistas más intrépidos, quienes disfrutan del espectáculo natural de las aguas cayendo en picada desde una altura vertiginosa, creando una niebla al chocar contra las rocas en el fondo.
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¿Cómo llegar a Piedra Volada?
Situada en el Parque Nacional Cascada de Basaseachic, este destino no es solo para los amantes de las alturas, sino también para aquellos que buscan contemplar los increíbles paisajes y conocer la rica cultura de la Sierra Tarahumara.
El Parque Nacional se encuentra a 4 horas de la ciudad de Chihuahua, tomando la carretera a Hermosillo hasta el entronque Las Estrellas, que está después del famoso pueblo de Tomochi. Para llegar a la cascada, esta desviación te lleva a una vereda de terracería que tienes que seguir por 12 kilómetros antes de llegar a Huajumar.
Acceder a la cascada requiere una caminata por senderos que serpentean a través de la sierra, ofreciendo vistas panorámicas de barrancas y formaciones rocosas que quitan el aliento. Los senderos varían en dificultad, por lo que tanto excursionistas experimentados como principiantes pueden disfrutar de la travesía.
El entorno de la Cascada de Piedra Volada es un refugio de biodiversidad. Los bosques de pinos y encinos albergan una rica variedad de flora y fauna. Entre las ramas y el follaje, los visitantes pueden avistar aves exóticas y mamíferos propios de la región. Este ecosistema prístino invita a una experiencia inmersiva y respetuosa con la naturaleza.
La mejor época para disfrutar de la cascada es durante la temporada de lluvias, de junio a octubre, cuando el caudal de agua es mayor. Sin embargo, esto también significa que los senderos pueden estar más resbaladizos, así que prepárate con ropa y calzado adecuados para el senderismo. Lleva suficiente agua, alimentos, y prepárate para cambios climáticos repentinos.
Cabe señalar que en este mismo parque nacional, se encuentra, por su puesto, la Cascada de Basaseachi, la cual tiene una altura de 246 metros de caída libre, lo que la convierte en la cascada permanente más alta de México.