Chihuahua guarda en su haber grandes sucesos históricos, relatos increíbles como cualquier otra población con más de 300 años de fundación, uno de los sitios ricos en intercambios multiculturales, comercio y hasta superstición es sin duda la Plaza Merino, ubicada en uno de los puntos con más movilidad de la zona Centro de la capital.
Ubicada sobre la avenida Juárez, entre las calles Cuarta y Ocampo, siendo ésta la segunda plaza más antigua de Chihuahua, sólo superada por la Plaza de Armas, construida por uno de los fundadores de la ciudad, como Plaza Trasviña, sólo poco después de la fundación, antes de 1724.
Por la historia que la precede, las personas cuentan que hay apariciones paranormales, en específico relatan que en las madrugadas se puede ver lo que podría considerarse el fantasma de un hombre colgado que grita de dolor y desesperación, y que quienes lo han visto huyen despavoridos.
Estas leyendas nacen a partir de los sucesos históricos que aquí se dieron, pues la ahora Plaza Merino era conocida como la Plaza de la Horca, aquí se realizaban ahorcamientos públicos a quienes eran condenados a la pena capital, esto cerca de mediados del siglo XVIII.
Esto pues al existir sólo dos plazas y con el crecimiento de la ciudad y los cambios en la vida urbana, la Plaza Mayor o de Armas era destinada a las actividades culturales, institucionales y religiosas por donde se encontraba, al lado del ayuntamiento y la parroquia, que actualmente es la Catedral.
La Plaza Merino, entonces Trasviña, ubicada más al oeste de la ciudad, fue lugar para el comercio y cuando se necesitó se ofrecieron ajusticiamientos, es decir aquí era instalada la horca pública.
Además de esto, aquí se encuentra un foco tonal, éste lo puedes identificar cerca del centro de la plaza, donde hay una circunferencia determinada por el diseño del suelo, parándose en éste, al hablar puedes escuchar el eco de tu voz.
Hay quienes relacionan los focos tonales con energías cósmicas que llegan al espacio terrenal, de igual manera dicen que al pararte aquí puedes recargarte de energías y hasta curar enfermedades; otros afirman que sólo es un fenómeno acústico llamado reverberación, resultado de las construcciones alrededor de un punto, como las banquetas que rodean la circunferencia.
La segunda plaza más antigua de la capital
Se trata de la segunda plaza más antigua de la ciudad, sólo superada por la Plaza de Armas, después de la fundación de la capital del estado de Chihuahua, gracias a la donación de unos terrenos Juan Antonio Trasviña y Retes, quien falleció en 1724, por lo que llevó su apellido durante una época.
Gastón Fourzán, arquitecto con más de 40 años de experiencia, relata que después de la decisión de que se fundara la ciudad de Chihuahua, tras discusiones, pues algunos empresarios mineros decían que sería apropiado fundar la capital en las cercanías de las minas importantes, otros abogaban por que se fundara en un lugar más grande que permitiera la posterior expansión de la misma.
Al fin se decidieron por fundar cerca del río, sin embargo estos espacios ya tenían dueños, por lo que muchos empezaron a ceder terrenos, uno de los cuales fue Juan Antonio Trasviña y Retes, quien vio en este espacio un lugar idóneo para el movimiento mercantil de la ciudad.
En ese momento, el camino que venía de Cusihuiriachi cruzaba esta parte de la ciudad, donde pasaban todos los comerciantes, por lo que esta plaza se convirtió en el punto de encuentro para los mismos, en su mayoría externos, como de Nuevo México y previo a las guerras con los apaches, hasta éstos realizaban ventas aquí.
Tras la Independencia se le cambió el nombre a Plaza de los Portales de Hidalgo, y en 1873 cambió a su nombre actual en honor a José Merino, coronel que combatió en la Revolución Mexicana. Hoy en día, esta plaza continúa siendo un punto de gran importancia para los negocios del Centro de la ciudad.