Chihuahua, un estado mexicano conocido por sus paisajes impresionantes que van desde desiertos infinitos hasta majestuosas barrancas, guarda en sus entrañas un fascinante secreto geológico: se cree que gran parte de su territorio estuvo sumergido en el Mar de Tetis durante la era Mesozoica, hace millones de años.
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Esta teoría, propuesta por Edward Suess, sugiere que el litoral norte del Mar de Tetis se extendía sobre lo que hoy conocemos como Chihuahua, así como partes de Coahuila, Baja California Sur, Monterrey y Sonora. En aquel entonces, hace unos 70 millones de años, esta región estaba cubierta por aguas cálidas y tropicales, dejando solo una delgada franja de tierra al oriente y en el noreste de Durango.
¿Qué pruebas existen del mar en Chihuahua?
Los vestigios de este pasado marino se encuentran en la composición misma del suelo chihuahuense, donde se hallan depósitos superficiales de sal y carbón, indicativos de un ambiente marino. Además, la abundancia de fósiles animales como huesos de mamut y dinosaurios, caparazones de tortugas y, especialmente, los amonites, respaldan esta teoría.
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Los amonites, criaturas marinas con conchas en espiral, son fósiles característicos del período Jurásico y sugieren una vez más la presencia de un antiguo mar en la región. Estos animales, relacionados con los cefalópodos actuales como pulpos y calamares, abundaron en los mares prehistóricos y son un testimonio vivo del pasado marino de Chihuahua.
Aunque el paisaje árido y desértico de Chihuahua parece distante de aquel océano antiguo, los vestigios geológicos y paleontológicos encontrados en esta región son una ventana al pasado, recordándonos que en algún momento remoto, las aguas del Mar de Tetis acariciaron las tierras que ahora caminamos.
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El estudio continuo de estos vestigios y la investigación geológica en curso nos permiten comprender mejor la historia de nuestro planeta y la evolución de sus paisajes a lo largo de millones de años. La idea de que un estado como Chihuahua, que hoy en día se asocia principalmente con su vasto desierto, estuvo sumergido bajo el mar durante eras geológicas pasadas, nos invita a reflexionar sobre la dinámica cambiante de la Tierra y la fascinante interconexión entre los diferentes aspectos de nuestro entorno natural.
la teoría de que Chihuahua estuvo sumergido en el Mar de Tetis durante la era Mesozoica ofrece una fascinante perspectiva sobre la historia geológica de esta región mexicana. Los vestigios paleontológicos y geológicos encontrados en el estado respaldan esta idea, revelando un pasado marino que contrasta con el paisaje árido y desértico que define la región en la actualidad.
Este enfoque nos recuerda la dinámica cambiante de nuestro planeta a lo largo del tiempo geológico y subraya la interconexión entre los distintos aspectos de nuestro entorno natural. Además, nos invita a continuar explorando y comprendiendo la historia de la Tierra, aprovechando las pistas que nos brindan los fósiles y las formaciones rocosas para reconstruir el pasado y comprender mejor nuestro presente.
Nota publicada originalmente en: El Sol de Parral