Al igual que muchas otras especies animales, los osos pardos sufren las consecuencias del cambio climático y la actividad humana, viéndose obligados a buscar refugio en áreas remotas, lejos del hombre, sin embargo, ahora se enfrentan a un nuevo reto, los osos están perdiendo sus garras, a causa de factores ambientales.
De acuerdo a la investigación realizada por el doctor Clayton Lamb, publicada en Wildlife Society, recientemente se ha observado a una pequeña cantidad de osos pardos a los que les faltan los dedos de las patas delanteras. Si bien no es una gran cantidad de osos, hay suficientes datos como para generar preocupación.
¿Para qué sirven las garras de los osos pardos?
Desde sus musculosos hombros hasta sus enormes patas, los osos pardos están hechos para excavar. Por lo que sus enormes garras están diseñadas para tal fin.
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Los osos pardos hacen túneles subterráneos para construir madrigueras y buscar raíces, roedores y otros bocados para comer. La pronunciada joroba del hombro del oso pardo o grizzli, es una de las formas más fáciles de distinguirlo de un oso negro, además, un grizzly sin patas intactas, simplemente no puede comer ni hibernar.
¿Por qué les faltan las garras a los osos?
Un investigador de la Facultad de Ciencias, Irving K. Barber de la UBCO, junto con el doctor Lamb, llevaron a cabo un proyecto de investigación de captura en vivo para comprender mejor la mortalidad de los osos pardos, como parte de su trabajo de doctorado en la Universidad de Alberta. Donde capturaron a varios osos pardos, notando que a algunos les faltaban garras en los dedos delanteros.
De los 57 osos capturados, a cuatro les faltaban los dedos de una de sus patas delanteras, lo que podría dificultarles cavar en busca de comida o defenderse. Si bien, las heridas se habían curado, todas eran similares y Lamb sugiere que se debieron a una desventura con una trampa diseñada para atrapar animales.
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“Se utilizan pequeñas trampas que se sujetan al cuerpo para capturar martas o comadrejas y, por lo general, se colocan con una caja con cebo unida a un árbol, explica. Se pueden establecer a principios de noviembre y permanecer en su lugar hasta fines del invierno”, dijo el investigador.
Para probar su teoría, instalaron cuatro trampas de agarre corporal de pequeños mamíferos, diseñadas para que las trampas pudieran activarse, pero no cerrarse por completo, y las monitorearon con cámaras remotas durante dos semanas. Los osos grizzly visitaron las cuatro trampas y saltaron en dos de ellas.
“Incluso con la muestra pequeña, estaba claro que las trampas con cebo atraían a los osos y que los osos activaban las trampas para obtener la comida. Tenemos fotos y videos que muestran a los osos investigando las trampas y manipulando las cajas con sus patas”, dijo.
Publicada originalmente en El Sol de Parral