En nuestro estado pasa de todo, basta con que leamos las noticias, para que nos demos una idea. Pero en fin, ¿te has preguntado qué pasaría si un asteroide se estrellara en el vasto territorio de Chihuahua?
El programador Neal Agarwal desarrolló el sitio de internet neal.fun/asteroid-launcher, que permite a los usuarios calcular con gran precisión el daño del impacto de un cuerpo celeste de distintos tamaños, materiales, velocidades y ángulo de impacto.
La página Asteroid Launcher parte de datos científicos e investigaciones realizados por el Dr. Gareth Collins (del Imperial College London) y el Dr. Clemens Rumpf (ingeniero aeroespacial).
Un asteroide de un kilómetro de diámetro
El simulador de impacto te permite seleccionar más parámetros además del diámetro, estos son el tipo de objeto: Si se trata de un cometa o un asteroide; así como el material del que está, metales, piedra o carbón; pero también la velocidad a la que viaja y el ángulo de impacto. Modificar cada una de estas variantes afectará los resultados del impacto, aligerando o aumentando la magnitud del daño.
Teniendo en cuenta que el asteroide que causó la extinción de los dinosaurios medía alrededor de 11 kilómetros de diámetro. Simulamos el impacto de un asteroide de sólo un kilómetro. Aunque el estado de Chihuahua es el más extenso de México con 247 455 km², sorprenden los efectos de un objeto espacial de sólo un kilómetro sobre nuestro territorio.
Suponiendo que un asteroide de hierro de un kilómetro de diámetro, chocara a 20 km por segundo, en un ángulo de 45 grados en medio del territorio de Chihuahua. Específicamente, si el impacto ocurriera, al suroeste de la ciudad, en las inmediaciones de la presa el rejón, morirían vaporizadas al instante más de 400 mil personas, aproximadamente la mitad de la población de la Chihuahua capital.
El impacto liberaría más energía que la última erupción del monte Yellowstone y se trataría de un evento que sólo ocurre una vez cada 1.1 millones de años. Es decir sería un impacto enorme que liberaría al instante una bola de fuego de 33 kilómetros de ancho, en la que moriría el resto de la población de la ciudad.
El calor del impacto mataría a la mitad de la población en un rango de 163 kilómetros desde el impacto. Es decir que a la gente de Delicias, Cuauhtémoc, Camargo y todas las poblaciones cercanas, se les incendiaría la ropa y el cabello al instante.
Después, en poblaciones más distantes como Parral, Casas Grandes, Guachochi y Ojinaga, la gente sufriría quemaduras de segundo y tercer grado. Mientras que prácticamente toda la Sierra Tarahumara entraría en llamas.
Tras el fuego, una onda sónica de 244 decibeles, casi el doble de la fuerza del sonido de fuegos artificiales explotando justo frente a nosotros, recorrerá el estado. Causando el colapso de los pulmones de las personas en un radio de 99 km. Gente en Delicias y Cuauhtémoc se queda sorda de inmediato con los tímpanos rotos. Y el puro impacto sónico derriba casas y edificios en lugares distantes como Parral. Pasada la onda sónica, llegarían vientos en el punto cercano al impacto de 1500 km por hora. Y tornados descomunales en todo el estado.
Por su parte, el terremoto se extendería más lejos, más allá de Ciudad Juárez y el Paso, afectando Nuevo México, Texas, Sonora, Sinaloa, Durango, Coahuila, dejando cientos de miles de muertes y daños.
Pero estos serían sólo los daños locales, los efectos de un impacto así se dejarían sentir en todo el planeta. Desgraciadamente, nuestro planeta es más frágil de lo que pensamos, y muchos peligros tanto producidos por la acción humana como por la naturaleza lo amenazan. Ojalá, y actuáramos conscientes de esto, evitando la violencia y resguardando la vida que es frágil y preciosa.