Claudia Piñón docente desde hace más de 9 años, cree que una de las causas de que los adolescentes actuales experimenten mayores niveles de ansiedad, se debe a que vivieron una parte importante de su desarrollo durante la pandemia, dejando secuelas que no han sido tratadas como corresponde, afectando tanto su vida académica como social.
La ansiedad se presenta en la adolescencia, debido a que están viviendo cambios hormonales muy fuertes, sin embargo, Claudia Piñón, cree que esta generación de jóvenes que ahora mismos se encuentran en la Educación Secundaria, es una generación a la que debemos ayudar a ser resilientes.
Piñón, quien trabaja bajo un sistema educativo que responde a las necesidades no solo académicas sino también sociales y psicológicas de los estudiantes de kínder hasta secundaria, encuentra que esta generación de adolescentes está bajo una gran cantidad de estrés y ansiedad que debe ser tratada con paciencia.
Esto debido a que no solo son las preocupaciones normales de una persona que está en proceso de crecimiento, sino que esta generación tuvo que pasar por la preocupación de una pandemia que conllevó a un encierro de casi tres años, en los que se vieron rodeados de la preocupación de no enfermarse, de que su familia no enfermara ni falleciera, “fue algo muy fuerte que ahorita ya pasó, pero quedan secuelas de no haber sido encerrados y no socializar”, comentó la directora.
El tema de socializar es muy importante, sobre todo cuando una persona está en crecimiento, como sustituto del contacto presencial esta generación de adolescentes se mudó a la convivencia virtual en las redes sociales, el cual es un mundo muy competitivo.
“Te hacen vivir en constante comparación, donde tienes que hablar inglés y más de tres idiomas, tienes que saber algún deporte, saber cocinar o aprender alguna actividad nueva o si no, no sabes hacer nada, es muy competitivo”, Piñón considera que esta forma de vivir es uno de los causantes que desatan el estrés y la ansiedad en los adolescentes actualmente.
“Entonces imagínate la ansiedad, quieren tener todas estas habilidades que todo mundo muestra en las redes sociales”, asimismo, Piñón pone de ejemplo que al vivir en una época completamente consumista puede llevar a que desde temprana edad tengan preocupaciones económicas, buscando un estatus y siguiendo estándares inalcanzables, lo cual podrían ser causantes claves de que se dispare la ansiedad en los adolescentes.
Para poder ayudar a estos jóvenes, es necesario que los adultos, sobre todo los educadores, que comprendan lo les tocó vivir a ellos y que en este momento están en un mundo diferente al que nosotros crecimos, “hay que ayudarles a combatir estos padecimientos y hablarlo, enseñarles sobre los síntomas”, señaló Piñón que es necesario que entiendan que se brinde la información y herramientas adecuadas para todas las edades.
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Añadió que también se deben de romper los estigmas, dado a que padecer de ansiedad no es una enfermedad mental, sino un sentimiento que puede llegar a aumentar gradualmente de no ser atendido como corresponde, por lo que, es necesario que las y los jóvenes conozcan sobre el tema para que no afecte su vida cotidiana.
“Siempre dicen que los niños son el futuro, yo digo que el futuro somos nosotros los papás, nosotros los docentes que estamos formando a los menores, ellos van a ser un reflejo de nosotros”, Claudia contó que por esta misma razón en creer que es necesario enseñar desde primero de kínder lo que es la inteligencia emocional, para que aprendan a identificar y autorregular sus emociones desde una edad temprana.
De esta forma, desde que son menores de edad aprenderán a desarrollar habilidades blandas, como la tolerancia al estrés, el autocuidado, la autorreflexión, trabajo en equipo, habilidades comunicativas, resolución de conflictos, manejo e inteligencia emocional, toma de decisiones, entre otras.
Asimismo, Piñón comentó que es necesario que las madres, padres de familia o tutores estén involucrados activamente en el aprendizaje de sus hijos es esencial, “antes creíamos que hay que estar muy presentes en la primera infancia, yo creo que durante la adolescencia es una etapa en la están todavía más vulnerables, están expuestos a muchas situaciones difíciles”, comentó la directora general.