La Subsecretaría de Prevención de Salud federal, exhorta a la población a no automedicarse, toda vez que una de las épocas en que más ocurre esta práctica es durante los cambios de estación, cuando se presentan alergias.
De acuerdo con la dependencia, se estima que hasta ocho de cada diez personas recurre a la automedicación, y entre los fármacos de mayor consumo se encuentran los antihistamínicos, analgésicos y desinflamantes.
Además de éstos, las vitaminas son los tratamientos a los que más recurre la población por iniciativa propia, sin la prescripción de un médico.
Entre las consecuencias de la automedicación está la resistencia a los antibióticos, así como a desarrollar alergias.
Los efectos secundarios son distintos, algunos de los más frecuentes son irritación estomacal, que deriva en gastritis e incluso hemorragias digestivas.
Además, puede presentarse un choque entre medicamentos, al ser combinados entre sí.
La automedicación también suele "enmascarar" enfermedades, pues al eliminar síntomas en la persona enferma, el diagnóstico puede ser erróneo.
En casos de mujeres embarazadas existe riesgo aún mayor ya que ciertos fármacos absorben la placenta y pueden afectar de gran manera.
En todos los casos, lo adecuado es acudir al médico para que sea quien indique el tratamiento a seguir.