Hace 11 años, Adriana Velador Sáenz se unió a la red de voluntarios de la Cruz Roja Mexicana, y tras haber iniciado en el área Juventud Cruz Roja, se capacitó como paramédico, labor que desempeña de manera altruista.
Su trabajo puede ser de 8, 9 y hasta 12 horas seguidas, dependiendo las necesidades que se presenten, y aunque afirma que no es sencillo combinar esta labor con un trabajo remunerado, está segura de que ayudar a los demás es la satisfacción más grande que ha conocido.
Para actuar, relata Adriana, parten del aviso, cuando se les indica "lo que está pasando, en qué domicilio y nos dicen que nos acerquemos al lugar”.
“Pero eso nosotros ya debimos haber revisado la ambulancia, que tuviera el material, el equipo, todo completo, para poder salir a la urgencia o a la emergencia".
Una vez que arriban al domicilio, "nosotros ya llevamos una idea con lo que por radio se nos proporcionó, ya sea que un baleado, un choque, un ahogado, dependiendo del servicio, al llegar, empezamos bajo nuestros protocolos, principalmente".
Expresó que la seguridad de los paramédicos es algo fundamental, y a partir de ello se verifica el número de pacientes, si hay lesionados o fallecidos y ver lo relacionado, si fue muerte natural, por enfermedad o como llaman "por mecanismo de lesión"; dependiendo las condiciones, se establece si necesario pedir más apoyo, ya sea de otra ambulancia de Cruz Roja o del Cuerpo de Bomberos, Policía Municipal o Policía Vial.
Para la joven paramédico, realizar una labor de ese nivel de forma altruista no resulta sencillo de describir.
"Por alguna razón no sabemos qué o cuál, todos tenemos sucesos que decimos por eso yo entré, por mi mamá, porque a mí me pasó esto... y así es como algo que uno al final de cuentas está aquí".
Técnico en extracción vehicular, en rescate vertical y cursos como operadora
Pese a ser una actividad que requiere de horas de estudio y preparación, ella sabe que siempre existirá la forma de combinarlo con otras actividades.
"Dios lo compensa de alguna manera, y acomoda las cosas para poder hacer este servicio".
También explicó que lo que considera más difícil, es la atención a niños, "porque no estamos acostumbrados, porque a lo mejor cuando es un adulto, uno entiende que ya vivió, que ya pasó su tiempo, su proceso... pero un niño es muy difícil de entenderlo".
Adriana finalizó señalando: "Yo siempre he dicho que somos muy criticados y muy juzgados por el hecho de atender o de dedicar nuestro tiempo para el apoyo a los demás; pero también he dicho que con una sola persona que yo haya ayudado realmente a preservar su vida, para llegar a un hospital, o para llegar bien… con esa sola persona, valió la pena todo el esfuerzo que yo hice por estar aquí".