En el 2017, en México se tenía registro de al menos 4 millones de personas que padecen ludopatía; es decir, adicción a los juegos de azar, esto, de acuerdo con información presentada por el Centro de Atención de Ludopatía y Crecimiento Integral. Por tal motivo, se estima que esos índices han incrementado durante estos últimos años.
Empero, es menester recalcar que dichas cifras no se pueden precisar, debido a que ninguna institución de salud la registra como tal ni la trata, pese a que el número de afectados derivados de esta causa puede ser incluso mayor.
De acuerdo con los pocos registros que se tienen, se contempla que al menos mitad de las personas que se ven afectadas, tienen ideación suicida y de ellos, el 20 por ciento ha atentado contra su vida con la intención de ponerle fin.
Pese a que la mayoría de los apostadores casuales dejan de hacerlo cuando pierden o establecen un límite del dinero que están dispuestos a jugar, las personas con un trastorno, tienen el efecto contrario que es el impulso de continuar apostando.
Es preciso detallar que, el trastorno del juego estimula el sistema del cerebro de una manera similar a la que lo hacen las drogas o el alcohol, lo cual genera una adicción que, de no ser tratada, puede orillar a la persona a apostar sin medir las consecuencias, lo que puede incluso provocar que los afectados recurren al robo o fraude, a fin de pagar deudas o seguir jugando.
Pese a las consecuencias que se tienen, en el país no se ofrecen terapias guiadas por especialistas debido a la poca disponibilidad en el sector público. Igualmente, tampoco se tienen grupos de apoyo ni campañas que alerten sobre el tema, lo que desencadena problemas interpersonales que terminan en divorcios, problemas económicos y suicidios.
Ante esta situación, el legislador del Partido Revolucionario Institucional, Omar Bazán, ve necesario reformar la Ley Estatal de Salud a fin de que se incorpore la responsabilidad estatal para que coadyuve y se coordine con la federación para que se incluya a la ludopatía dentro de las campañas contra las adicciones.