En la lucha contra la infección causada por el Virus del Papiloma Humano (VPH) -precursor del cáncer cervicouterino (CaCu)- la vacunación, el uso de condón, el diagnóstico oportuno y el tratamiento adecuado son las mejores herramientas para mitigar su propagación y el consecuente impacto en la salud pública.
La Organización Panamericana de la Salud (PAHO) estima que nueve de cada diez personas serán infectadas por el VPH en algún momento, potenciando con ello el riesgo de CaCu, así como cáncer de vulva, vagina, pene, ano orofaríngeo.
“Sin VPH no hay CaCu. Pero tener VPH no significa tener CaCu. Por eso, en el Día Internacional de la Concientización sobre el VPH, vale la pena reflexionar sobre la importancia de la prevención, detección y tratamiento del VPH, un virus que puede causar CaCu, el cual es la segunda causa de muerte en mujeres”, dijo el doctor Jorge García Alemán, Gerente Clínico y de Consultoría de Becton Dickinson (BD).
La infección por VPH se transmite durante el contacto con una zona infectada del cuerpo, incluyendo el sexo sin protección por vía vaginal, anal y oral. Puede ser causada por más de 100 genotipos, pero solo 14 son de alto riesgo para el desarrollo de CaCu; concretamente los genotipos 16, 31, 33, 45 y 18 representan riesgo para el 80% de las formas de cáncer invasivo, de ahí la importancia de estudiar los distintos genotipos ya que cada uno presenta un riesgo diferente para progresar a CaCu.
En México la vacuna contra el VPH forma parte del Esquema Nacional de Vacunación desde el año 2012. Contempla dos dosis para niñas de quinto año de primaria u 11 años.
También es importante utilizar métodos de barrera durante las relaciones sexuales y someterse de forma periódica a una prueba de citología cervical de base líquida (CBL), conocida como Papanicolaou.
El Sector Salud ofrece pruebas de Papanicolaou a mujeres de entre 25 y 34 años, así como un esquema de detección con prueba de VPH; este es para mujeres de 35 a 64 años.