La vulvovaginitis, la candidiasis y la sífilis adquirida son las tres enfermedades de transmisión sexual más comunes a nivel estatal y nacional, de acuerdo con los casos registrados por entidad federativa de Enfermedades de Transmisión Sexual en la Vigilancia Epidemiológica del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave).
Entre enero y la tercera semana de agosto de 2024, se han registrado 9,900 casos de vulvovaginitis, 3,774 casos de candidiasis y 464 casos de sífilis adquirida. Además, se reportan 448 casos de tricomoniasis, 387 casos de Virus de Papiloma Humano y 165 casos de Virus de Inmunodeficiencia Humana.
La directora de Prevención de Enfermedades del Estado, Leticia Ruiz González, explicó que actualmente se lleva a cabo la vacunación contra el Virus de Papiloma Humano (VPH). Indicó que esta vacuna se aplica a niñas de quinto de primaria o de 11 años no escolarizadas, para que estén inmunizadas antes de iniciar su vida sexual activa.
El VPH es una infección viral frecuente del aparato reproductor y generalmente se transmite mediante el contacto directo de piel, mucosas y secreciones con una persona infectada.
Es importante mencionar que los recién nacidos también pueden infectarse con esta enfermedad durante el parto si la madre tiene presencia del virus.
Con motivo del Día Mundial de la Salud Sexual, que se conmemora cada 4 de septiembre, se emiten algunas formas de prevenir la enfermedad, entre las que destaca la consejería a adolescentes en temas de sexualidad, VPH y otras infecciones.
De igual manera, se promueve el uso de preservativos en personas sexualmente activas y la vacunación oportuna contra el VPH en quienes son candidatas. En caso de duda sobre la aplicación de esta vacuna, se exhorta a acudir a los centros de vacunación para que el personal de salud verifique en la cartilla de vacunación si la persona es candidata.
De acuerdo con el Sinave, la eficacia de las vacunas en mujeres que no presentan evidencia de infección antes de la vacunación oscila entre el 93% y el 95% contra las lesiones precursoras de cáncer, y debe aplicarse idealmente antes del inicio de la vida sexual activa.
Sin embargo, es importante señalar que la vacuna no sustituye las acciones de detección temprana, como la prueba de Papanicolaou. Además, dicha vacuna no reemplaza los métodos anticonceptivos, por lo que es esencial proporcionar información clara a las y los adolescentes.