La sobrealimentación en niños puede provocar daños en su organismo, como la alteración de colesterol, triglicéridos y glucosa, lo que aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo II, enfermedad de hígado graso, entre otros padecimientos.
La nutrióloga María del Carmen Reyes informó que se habla de sobrealimentación cuando se consumen más calorías de las que se gastan. "Cuando esto ocurre, la grasa consumida se va almacenando, principalmente alrededor del abdomen", explicó.
Señaló que la sobrealimentación no significa que exista una nutrición adecuada, por lo que muchas veces los niños y niñas con sobrepeso u obesidad presentan deficiencias de vitaminas o ciertos minerales, lo que se puede manifestar con manchas oscuras en la piel.
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Explicó que esto puede alertar de que los menores presentan resistencia a la insulina, lo que se considera la antesala al diabetes tipo 2; bajo rendimiento escolar; problemas de articulaciones, entre otras manifestaciones.
Añadió que si como adultos "empezamos a propiciar la alimentación saludable, vamos a dar el ejemplo a los niños. Si yo como adecuadamente, si hago ejercicio, ellos también lo van a hacer".
Abundó que no solo se trata de una alimentación balanceada, sino de la práctica de actividad física, como el ejercicio aeróbico diariamente.
Incluso, se pueden integrar actividades recreativas, como saltar la cuerda, correr o practicar algún deporte.
Señaló que esto permitirá favorecer su salud, coordinación, fortalecer huesos y músculos. A la par del beneficio físico, también contribuye a la convivencia y beneficia en lo socioemocional.