Los casos de depresión que se atienden en las distintas instituciones públicas, suman 5 mil 869 entre el 1 de enero y el 20 de octubre del presente año, cifra que supera al mismo lapso de 2021, cuando se presentaron 5 mil 276 atenciones por depresión, de acuerdo al Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, que indica que del total de atenciones por depresión en 2022, sólo en un 12 por ciento se emitió incapacidad laboral.
Al respecto, la psicóloga Fernanda Dávila, indicó que pese a tratarse de una enfermedad, la depresión y otros trastornos que ponen en riesgo la vida de las personas, son “ignorados o minimizados”.
Añadió que un estado depresivo severo o crónico, puede llevar a que las personas sufran síntomas físicos que les impiden realizar labores tal como ocurre con otras enfermedades, e indicó que aunque constantemente se emite información sobre trastornos de depresión, ansiedad y otros que se agudizaron a partir de la pandemia del Covid-19, no se les da la importancia que merece.
La estadística del SINAVE, muestra que del total de atenciones por depresión en 2022, la mayoría son a mujeres, pues acumulan 4 mil 305 casos, contra 1,564 atenciones para hombres, lo que indica que las mujeres acuden 2.7 veces más que los hombres.
Aunque la clasificación que realiza el SINAVE no especifica síntomas o condición de las personas que acuden por depresión (o cualquier otra causa), la mayoría llegan a atención médica por síntomas a consecuencia de un estado depresivo, indicó la psicóloga Dávila.
Agregó que incluso en las mujeres, que registran la mayor parte de las atenciones, el hecho de pedir ayuda de cualquier tipo, provoca vergüenza en la persona afectada, pues hay un gran temor de ser rechazada, juzgada o ser víctima de burla.
“Aún hay gran desconocimiento del tema, incluso entre los familiares que tienen a una persona con algún estado depresivo, trastorno, o enfermedad mental, no hay suficiente conocimiento, pero más allá de eso, no existe empatía en muchas ocasiones”.
Agregó que pese a que se trata de una enfermedad que amerita atención y dependiendo cada caso, llega a requerirse incapacidad, las empresas no dan credibilidad a esto.
“En general, las empresas sabemos que no ven con buenos ojos una incapacidad, ya sea por la pérdida económica, o por lo que implica que un trabajador esté fuera de funciones, por ejemplo, tener que conseguir a un sustituto temporal, en algunos casos, o pagar tiempo extra a mismas personas de la empresa que laboran más ante la ausencia de un compañero o compañera de labores”.
Sin embargo, la psicóloga afirmó que el simple término “depresión”, provoca una serie de calificativos para quien atraviesa esta condición, y esto va desde considerar que la persona es floja, negativa, o poco entusiasta.
“En algunos entornos llega a señalarse a la persona con una serie de adjetivos que dañan más aun la condición que atraviesan, pues se tiene la creencia de que la voluntad es el único remedio para solucionar un caso depresivo, ansioso, o algún otro trastorno, cuando en realidad, al tratarse de una enfermedad, deben existir más elementos que abarca atención médica física, mental, y por supuesto contar con el apoyo de las personas que rodean al paciente”.
Ante esto, la especialista exhortó a las familias a mantenerse al pendiente de sus seres allegados, y ante cualquier síntoma que indique un desajuste o cambio, se pueda solicitar atención profesional, y evitar que aumente el grado depresivo.