De acuerdo con el Centro Nacional para la Prevención y Atención de Personas con VIH SIDA, 3 de cada 10 personas VIH-Positivas son susceptibles de sufrir eventos depresivos, y aunque cualquier persona puede presentar esta condición, en pacientes con enfermedad relacionada con el VIH, aumenta la posibilidad de desarrollar depresión.
En el estado de Chihuahua se registraron 2 mil 300 casos de personas en tratamiento antirretroviral, que les permite revertir el virus y tiene alta posibilidad de no desarrollar SIDA. Aún con lo anterior, existe la posibilidad de que tres de cada diez presente depresión.
El CENSIDA indica que los problemas de salud mental son cada vez más comunes en México. Según la Encuesta Epidemiológica de Salud Mental en Adultos, la depresión tiene una prevalencia con diferencias entre sexos. Añade que también es distinto en cuanto a grupos etarios y lugar de residencia y como un factor extra, refiere las condiciones familiares.
A nivel nacional, el porcentaje de mujeres que refieren una sintomatología compatible con depresión es de 3 de cada diez y la cifra correspondiente en los hombres es de 2.1 de cada diez.
Sin embargo, el caso de "posibilidad" aumenta hasta tres a cuatro de cada diez, ya que la condición física se iguala al aspecto psicológico, de acuerdo a cada caso.
El informe anual de CENSIDA indica que la salud mental "se refiere al bienestar emocional, psicológico y social general de una persona". Además indica que cuando la salud mental se ve afectada, la persona cambia la forma de pensar, sentir y actuar.
Añade que "la buena salud mental ayuda a las personas a tomar decisiones saludables, lograr metas personales, desarrollar relaciones saludables y sobrellevar el estrés".
Puntualiza que las condiciones de salud mental "son trastornos mentales, conductuales o emocionales", y si bien pueden no provocar deficiencias en las personas que lo padecen, también existe probabilidad de provocar una deficiencia de leve a grave, que puede limitar o impedir el funcionamiento integral de las personas.