Los doctores de la antigüedad solían decir a sus estudiantes y pacientes un proverbio del padre de la medicina Hipócrates, sobre el valor de los alimentos, “Que tu comida sea tu medicina, y tu medicina tu comida”, y a pesar de haber sido enunciado hace más de mil años, tal afirmación sigue más que vigente. Como lo demostró recientemente un estudio de la Harvard Medical School, tras un análisis profundo sobre diferentes nutrientes que ayudan al humano a mejorar su condición física en materia digestiva y cardíaca, obteniendo como resultado que las leguminosas son la respuesta.
Para las personas que padecen problemas de obstrucción en las arterías por triglicéridos altos, saben que la dieta, así como el ejercicio son elementos indispensables para alcanzar el equilibrio. No obstante no siempre comiendo sano se puede conseguir tener a raya el colesterol, ya que este padecimiento puede dispararse en cualquier momento como sucede con el azúcar y el cortisol, por toda clase de motivos, desde impresiones fuertes, factores hereditarios hasta episodios anímicos no atendidos de depresión/ansiedad crónica. De manera que tener alternativas de tratamientos siempre será una buena opción.
La canasta básica al rescate
Para nuestra fortuna, no hay que gastar grandes cifras de dinero para mantener sano nuestro cuerpo en buenas condiciones, como sustenta la famosa universidad estadounidense, sino que mediante el consumo regular de productos de despensa básica como son habas, lentejas, frijoles, garbanzos, chícharos y soya. Alimentos que todos podemos tener a la mano, por lo asequibles así como lo prácticos de preparar.
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A su vez varios artículos científicos de la insigne JAMA, (Journal of the American Medical Association) y el American Journal of Hypertension, proclaman que si se consume de manera moderada algunos productos cárnicos como: cordero, cabrito pescado y algunos derivados lácteos es posible reducir la presión arterial y con ello, evitar que el colesterol se sitúe en niveles elevados.
Consumo equilibrado
Así mismo el estudio reconoce que para que el esfuerzo no vaya en solitario, se debe atender la salud ósea, esto con ocasión de que con el tiempo los huesos se van debilitando por el abuso de grasas que genera el sobrepeso y la falta de movilidad, por lo cual se sugiere que a la par de visitar un cardiólogo se consulte también a un ortopedista, para realizar densitometrías óseas y observar cómo se encuentra nuestro esqueleto por dentro procurando diagnosticar prudentemente minerales y otros compuestos que nos permitan vivir con mayor calidad y longevidad.
Recordemos que la salud de nuestros músculos suele caer en detrimento conforme envejecemos por no estimularlos, desapareciendo la masa muscular que recubre nuestros huesos, dejándolos vulnerables ante una capa de grasa que los recubre, trayendo consigo posibles fracturas o lesiones.
¿Qué hábitos fomentan los triglicéridos altos?
La JAMA recomienda vigilar estas conductas para mejorar nuestra salud y evitar riesgos mayores a corto y mediano plazo.
- Consumo excesivo de alimentos procesados altos en sodio.
- Baja o nula actividad física.
- Fumar.
- Beber en exceso.
- No dormir bien.