La doctora Lizbeth González, coordinadora hospitalaria de Donación de Órganos del Estado, informó que una forma de reconocer a los donantes de órganos y tejidos, así como a sus familias, es la ceremonia de la "valla de honor". A pesar de estar atravesando momentos sumamente difíciles, estas familias deciden que su ser querido trascienda al dar una oportunidad de vida a otras personas.
"Esta valla de honor se realiza como un agradecimiento a los donantes. Una vez que se lleva a cabo la procuración de los órganos, todo el personal, el equipo multidisciplinario formado por profesionales de la salud y demás personal, participa", explicó González.
La "valla de honor" consiste en formar dos hileras de personas, creando un pasillo conformado por médicos, enfermeros y familiares de pacientes. Al formarse la valla, se brinda un aplauso a la persona donante y a sus familiares.
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Lizbeth González añadió que esta ceremonia también forma parte de la difusión y concienciación sobre la cultura de donación y trasplante de órganos, subrayando el valor que tiene para ofrecer una oportunidad a los pacientes que se encuentran en lista de espera.
La doctora mencionó que uno de los momentos más difíciles para los familiares de una persona fallecida es tomar la decisión de donar sus órganos. Explicó que existen personas que, de manera altruista, deciden en vida donar sus órganos cuando fallezcan. "A veces pensamos que el formato para el trámite es todo, pero en realidad la decisión final la toma nuestra familia, ya que son ellos quienes tienen el derecho de decidir", afirmó.
Resaltó la importancia de comunicar a la familia la decisión de donar órganos en vida, ya que esto facilita el proceso. "Desde luego, en la comunidad chihuahuense encontramos mucha empatía y solidaridad con las personas que requieren trasplantes. La mayoría acepta, sin embargo, al final la decisión es de los familiares".
Para fomentar la socialización del tema de donación y trasplante de órganos, los médicos y el personal del Centro Estatal de Trasplantes incluyen capacitaciones de sensibilización para comunicarse con los familiares del paciente, "para explicarles y concienciarlos sobre el impacto que puede tener un trasplante de un ser querido que haya fallecido", explicó.
Además, se brinda acompañamiento y se ha creado un mural llamado "El Árbol de la Vida" como una forma de reconocimiento. El año pasado, dicho mural fue colocado en el pasillo principal del Hospital Central. En el "Árbol de la Vida", se colocan los nombres de las personas que han participado o que han donado alguno de sus órganos, como una forma de agradecimiento.
