Los días se vuelven más calurosos conforme se acerca el verano, y entre las opciones para refrescarnos muchos podemos optar por la clásica cerveza helada. Pero, ¿qué tan saludable es?
Diversos estudios científicos (como uno presentado recientemente por el Harvard T.H. Chan School of Public Health) han señalado que el consumo moderado de alcohol puede presentar algunos beneficios para la salud.
Sin embargo, también advierten sobre grupos que deben evitar por completo la cerveza y otras bebidas alcohólicas, así como el riesgo del consumo excesivo. Según esta institución, la dosis hace al veneno.
Así pues, lo primero que tenemos que tener en cuenta a la hora de echarnos una cerveza es la moderación. Considerando que desde el primer trago nuestro sistema nervioso se inundará de dopamina, una de las hormonas que nos hacen sentir placer. Razón por la cual la adicción al alcohol es tan común.
Pero además de provocarnos “ganas de más”, el alcohol tiene otros efectos en nuestro organismo:
Ganas de orinar y deshidratación
Si has bebido sabes que la cerveza provoca muchas ganas de orinar, y es que tiene un fuerte efecto diurético, que puede mandarte al baño una y otra vez. Esto hace que la cerveza no sea muy buena para hidratarte, ya que su efecto hidratante dura poco tiempo.
Aumento de calor corporal y relajación
Por otra parte el alcohol es un vasodilatador, lo que significa que, al ingresar al torrente sanguíneo, ensancha los vasos sanguíneos y aumenta el calor corporal, provocando rubor en la piel y una disminución de la presión arterial. A pesar de la sensación refrescante que se experimenta al beber cerveza fría debido a sus burbujas de gas, en realidad esta bebida genera un incremento de la temperatura corporal.
Además, de acuerdo a una publicación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), beber dos vasos de cerveza puede generar una sensación de relajación en el cuerpo. Y así mismo, los movimientos y reacciones se vuelven más lentos, mientras la temperatura corporal aumenta y se experimenta una sensación de comodidad que incita a continuar bebiendo. Mientras los efectos negativos como las náuseas y la pérdida del autocontrol empiezan cuando nos excedemos en el consumo.
Beneficios potenciales de consumo moderado
Si bien se ha sugerido que el consumo ligero o moderado de cerveza puede estar relacionado con ciertos beneficios para la salud, es importante tener en cuenta que estos posibles beneficios se diluyen rápidamente con el consumo excesivo y frecuente de esta bebida.
Consumida moderadamente, la cerveza puede beneficiar la salud del corazón, regular el azúcar en la sangre y promover la densidad ósea.
Y es que la cerveza contiene diversos nutrientes, como vitaminas del grupo B y minerales provenientes de los cereales y la levadura utilizados en su elaboración. Sin embargo, se enfatiza que es preferible obtener estos elementos a través de alimentos integrales como frutas y verduras.
Ya que el abuso de esta bebida se ha relacionado con un mayor riesgo de muerte prematura, dependencia del alcohol, depresión, enfermedades hepáticas, aumento de peso y cáncer.
En conclusión, si bien hay evidencia de posibles beneficios asociados con el consumo moderado de cerveza, es fundamental tener en cuenta los riesgos y limitar el consumo para evitar efectos negativos en la salud. La clave reside en encontrar un equilibrio y tomar decisiones informadas sobre el consumo de alcohol.