Las papelerías ubicadas en los perímetros de las escuelas de la ciudad reportaron que la modalidad de educación a distancia provocó pérdidas de hasta un 80 por ciento de las ventas que se tenían.
“El 90 por ciento de mis clientes son de la secundaria que está enfrente, y desde 2020 con la pandemia, y las clases virtuales, he tenido que recurrir a vender burritos o algo más, porque no sale”, comentó Perla Aldaco Campos, dueña de la Papelería Pinabete.
Señaló que las autoridades gubernamentales nunca han ofrecido apoyo de este tipo, a pesar de las dificultades económicas que implica sostener un negocio que paga renta del local y servicios.
Las y los microempresarios entrevistados en otros puntos de la ciudad coincidieron en que durante los tres meses que funcionó la modalidad híbrida de las escuelas las ventas comenzaron a mejorar, pero no por mucho tiempo.
Un impacto colateral de la falta de flujo en estos negocios es el de la proveeduría pues, desde entonces no se han vuelto a surtir, pues no hay mercado.
Ante ello han tenido que ofrecer productos secundarios, como la impresión de copias, alimentos y botanas.
Por este motivo, consideraron que se debe reconsiderar la prolongación de las clases virtuales, ya que este pequeño sector de la economía está al borde del quiebre financiero.