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La venta de pescados y mariscos aumentó en un 500% en las pescaderías de la ciudad ante el inicio de la Cuaresma, en la que los chihuahuenses disfrutan de preparar los platillos típicos de la temporada.
Desde el miércoles 27 de febrero se registró un incremento paulatino de la compra de pescados y mariscos en los diferentes locales a los que acude la ciudadanía para abastecerse de lo necesario para la elaboración de la comida típica.
En las pescaderías locales, ubicadas en distintos puntos de la ciudad, la asistencia al comienzo del mes de febrero era de 60 personas por día, mientras que durante los primeros días de la Cuaresma la cifra de elevó a 300 personas, tal es caso de la conocida tienda de servicio ubicada en la colonia Pacifico. De acuerdo con personal de mostrador, el arribo de la gran cantidad de compradores fue sorpresivo.
A diferencia de la sucursal antes mencionada, el resto de las pescaderías locales no han percibido la misma venta que en años pasados, tal es el caso de la tienda ubicada en la avenida Escudero y calle 21ª, donde de acuerdo con el encargado en turno, el movimiento registrado estos primeros días de Cuaresma ha dejado un poco que desear.
“Otros años se ha visto más venta. Se está perdiendo la tradición de estar comprando productos del mar en las pescaderías locales”, explicó José, quien ayuda a su familia para la atención del negocio.
Pese a la gran demanda en cuanto a los productos del mar, las pescaderías y supermercados no han sufrido un desabasto durante el inicio de la Semana Santa, a fin de satisfacer los requerimientos de la población en esta temporada del año.
Ante el aumento del consumo de pescados y mariscos, la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coespris), realiza un operativo de verificación de este tipo establecimientos para cerciorarse que el manejo de los productos sea de la manera correcta.
Los productos de la pesca frescos deben recibirse a una temperatura máxima de 4°C (39.2 grados Fahrenheit °F) o a una máxima de -9°C (15.8°F) los congelados. Con excepción de los productos vivos que pueden recibirse a 7°C (45°F).
En caso de detectar situaciones de peligro alimentario, los verificadores procederán a la destrucción o aseguramiento del producto; en caso de reincidencia, el establecimiento podrá ser susceptible a una sanción administrativa, multa y/o suspensión temporal o definitiva de actividad.
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