La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), clausuró el programa de Coaching de Integridad Empresarial “Fortalecimiento de Pymes en Chihuahua”, que en su segunda edición benefició a 35 empresas en el estado.
A través del programa ProIntegridad, la USAID colabora con el sector empresarial de Chihuahua, para promover el acceso de empresas a cadenas de valor, nacionales e internacionales, e impulsar su competitividad mediante el cumplimiento de medidas de integridad empresarial.
En el cierre del evento, se expuso el trabajo de ProIntegridad para acceder a cadenas de valor más grandes; las ventajas del cumplimiento de medidas en integridad empresarial, y el impacto en relaciones comerciales bilaterales como el T-MEC, entre otros.
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Jane Thomas, director de Misión USAID México, refirió que para participar en el intercambio de comercio con otros países, uno de los ejes principales que las empresas necesitan es la integridad, sobre todo, las pequeñas y medianas que no tienen la experiencia internacional.
Por ello –dijo-, ProIntegridad trabaja con líderes del sector empresarial en los estados de Chihuahua, Nuevo León, Sonora, Jalisco, Guanajuato y recientemente en Quintana Roo. Se trata de los centros más importantes de manufactura en el país, a decir de Thomas.
“Felicitamos al trabajo realizado por los empresarios en Chihuahua, y reiteramos la colaboración para seguir fomentando oportunidades de crecimiento en la entidad”, agregó.
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Una de las empresas participantes en dicho programa fue “Ripipsa” dirigida por Francisco Santini, quien detalló que llevan dos años siendo parte de esta iniciativa.
“Hablamos todos los días sobre temas de corrupción en el país, falta de ética en muchos aspectos, pero estamos convencidos que debemos hacerlo desde dentro de la empresa, con nuestros clientes y proveedores y, a veces, es una buena intención la que tenemos de trabajar con ética, pero nos faltan herramientas adecuadas que no lleven a este tema, de ahí la trascendencia de estas iniciativas de USAID”, expuso.
Fue claro al señalar que el T-MEC ya aborda en buena medida cuestiones de integridad, de cumplimiento y que, actualmente, también los clientes e inversionistas buscan empresas que tengan ética, una metodología para trabajar éticamente, lo que al final de cuentas hace vender más.
Cabe precisar que en esta ocasión se capacitó a 35 empresas en distintos grados de avances en temas de integridad, esto es, algunas empiezan a construir su código de ética, mientras que otras están en partes evolucionadas, y ya se encuentran gestionando sus riesgos de soborno, lo que significan actividades concretas. El reto venido de las empresas es replicarlo hacia sus proveedores, es decir, crear un ecosistema de negocios integros en Chihuahua y en México.