Gerardo Aranda Orozco, expresidente de Coparmex Nacional y de la Confederación USEM, destacó que lo que suceda en el país será por acción u omisión los ciudadanos; esto durante su conferencia “La responsabilidad ciudadana del empresario”.
En este sentido, evidenció la importancia de ser participante activo de la democracia, ser contrapeso del gobierno: no una oposición sistemática, sino una oposición con disposición de apoyar todo lo que les haga bien a los ciudadanos y oponerse decididamente a todo aquello que les pueda hacer daño.
Al respecto, añadió que los mexicanos deben tomar conciencia del poder que tiene su capacidad de elección, es decir, que se elige a los gobernantes para “mandarlos” por un tiempo determinado, ya sea por seis o tres años, dependiendo del cargo de elección del que se hable, y no para que ellos manden.
“En México utilizamos mucho, para referirnos al presidente como el primer mandatario y le damos connotación de que ´está arriba´ de todos nosotros, pero realmente debemos saber que él es el mandadero de todos nosotros. Nunca debemos sentirnos amedrentados por el político”, expuso.
Asimismo, añadió que la ciudadanía es la titular del poder público, y, en ese sentido, se tiene que ir desarrollando mediante la participación de los ciudadanos como funcionarios o electores dentro de la política. “La responsabilidad primaria de ese poder público está en nosotros, los electores; si no construimos ciudadanía es imposible una democracia y un contrapeso fundamental hacia el gobierno; de esta participación ciudadana depende la generación de riqueza y el desarrollo del País”, sentenció.
Por otra parte, resaltó que, para vivir en democracia, hay tres momentos específicos a considerar: la democracia deliberativa, la participativa y la representativa, que, en una sociedad altamente desarrollada, debe ejercerse en ese mismo orden; en el caso de México, dijo, primero se ejerce la representativa, y en su mayoría, no se delibera para buscar soluciones a los principales problemas del territorio nacional.
De igual forma, comentó que, como empresarios y ciudadanos, se tiene la responsabilidad de participar, ser conscientes y exigir resultados; así como defender a los órganos autónomos que garantizan la libertad de elección; votar y aceptar responsabilidades en el proceso electoral, como funcionarios de casilla u observadores electorales; dialogar con respeto sobre las opciones que se presentan y sus consecuencias; y, finalmente, recordar que en democracia no hay opciones ideales, se elige dentro de “lo que hay”. “Las abstenciones son un potente corrosivo para nuestra vida democrática”, terminó.