Empresarios & Sociedad: Antecedentes, fundación y desarrollo de la Cruz Roja en Chihuahua

La Cruz Roja en Chihuahua ha ido avanzando en su labor benefactora por más de cien años, desde sobrevivir entre las hostilidades revolucionarias hasta ser una institución modelo a nivel nacional

Luis Eduardo Ibáñez Hernández (UACH)

  · viernes 10 de septiembre de 2021

Foto: Especial | El Heraldo de Chihuahua

La Cruz Roja en Chihuahua ha ido avanzando en su labor benefactora por más de cien años, desde sobrevivir entre las hostilidades revolucionarias hasta ser una institución modelo a nivel nacional. A continuación trazamos brevemente cuatro etapas desde 1917 hasta la fecha.

Primera etapa, posrevolucionaria

El Dr. Humberto Gutiérrez Elías nos informa en sus memorias de los inicios de la Cruz Roja en Chihuahua, encabezada por su padre, el Dr. Leandro Gutiérrez Mendoza, hacia el año de 1917, cuando los balazos aún zumbaban en las calles. Eran tiempos de ir y venir entre la paz y la guerra civil, en los que se abría y cerraba el hospital Salas y sólo quedaba el altruismo de los médicos pertenecientes al Consejo Estatal de Salud, como el Dr. Gutiérrez.

Nuevamente él, siendo Gran Caballero (o presidente) de los Caballeros de Colón, hacia 1924, se haría cargo de la Cruz Roja y echaría a andar la red de apoyos sociales e institucionales para la colecta de la Benemérita. Aunque para esas fechas, la violencia había aminado, Chihuahua aún no contaba con un gobierno estable y fuerte, institucionalmente hablando, de modo que el Hospital Salas, la Cruz Roja y el recién creado Sanatorio Palmore, atendían gratuitamente a los accidentados y enfermos. Empresarios y asociaciones aliviaban las desgracias emergentes.

Segunda etapa, un nuevo arranque

A principios de los años 30, Chihuahua se encontraba en plena tarea de fortalecimiento de las instituciones. En esta etapa, al Dr. (dentista) Francisco José Prieto Aizpuru, le tocó encabezar la presidencia del Club Rotario Chihuahua en dos periodos. A inicios de los años 30 lo vemos organizando las Semanas de la Juventud en la ciudad, con actividades ligadas a la salud de la niñez y los adolescentes. Hay que recordar que en esos años, ni los refrigeradores ni el agua potable eran una realidad entre la mayoría de los chihuahuenses.

Ya en los años 40, el Club Rotario le dedicó varias sesiones a analizar a la Cruz Roja y desde 1942 a 1949, aproximadamente, el Dr. Francisco José Prieto se hizo cargo de la Benemérita. Multifacético empresario en los sectores de la farmacéutica, la restauración, la radio y la televisión, con un notable dinamismo, el Dr. Prieto animó las colectas y pudo operar desde un espacio anexo al Hospital Militar. La ruta del Dr. Prieto en el campo de la salud lo llevaría a ser clave a mediados de los años 50 en la fundación del IMSS y el Hospital Morelos.

Carnet del Dr. Francisco José Prieto Aizpuru, de la Delegación Chihuahua

Tercera etapa, la fundación

Como se ha dicho en otros artículos, Carlos Eduardo Stege Salazar, junto con Carlos Hoffman Cuéllar y Leandro Sánchez Salazar, concretó la consolidación de la Cruz Roja en Chihuahua. El Heraldo nos deja ver una serie de actividades promovidas por Carlos Stege, entre las que destacan la formación de la Red de Damas Voluntarias, con una gran capacidad de trabajo voluntario; así como la alianza con el Pentatlón Deportivo Militarizado, fuente de juventinos recolectores de monedas y de esforzados paramédicos.

Carlos Stege, también acercó al Gobierno del Estado y a empresarios con el fin de obtener los terrenos necesarios para levantar la Central de Operaciones que aún despacha en el boulevard Teófilo Borunda. Por treinta años, esta combinación de actores, mantuvo la buena salud de la Cruz Roja.

En el sexenio del gobernador Óscar Ornelas, registramos dos presidentes de la Cruz Roja. Jesús Alveláis Nesbitt la dirigió los años de 1980 a 1984 y Hugo de la Rosa Álvarez estuvo al frente entre 1984 a 1988. Es importante señalar que la protocolización de la Cruz Roja como Institución de Asistencia Privada tuvo lugar entre el interinato como gobernador del Estado de Saúl González Herrera, en 1986, y el primer año del gobernador Fernando Baeza Meléndez en 1987.

Cuarta etapa, el desarrollo

A mitad del sexenio de Fernando Baeza Meléndez, arrancó un proceso de mejora continua de la institución en la que se configura un grupo de empresarios que conformó una visión de largo plazo y que tuvo el atino de llevar a cabo programas tanto de fortalecimiento institucional como de voluntariado ciudadano. Desde entonces hasta casi nuestros días, trabajaron conjunta y consecutivamente tres empresarios chihuahuenses: Ildefonso Sepúlveda Márquez, Óscar Fernández Anchondo y Arturo Rodríguez Velarde.

Ildefonso Sepúlveda Márquez inició a fines de la década de los años 80 con la mejora de prácticas y con la restructuración material y financiera de la Cruz Roja. Invirtió tiempo para estar cerca de las actividades y supervisar que las operaciones se llevaran a cabo de forma adecuada. Se enfocó a motivar al personal y premiar a los mejores elementos encargándoles los puestos claves de la operación. Además, llevó a cabo un paulatino reemplazo de ambulancias, utensilios y equipo con el apoyo directo de la beneficencia privada.

Grupo de enfermeras en el antiguo edificio del Boulevard Teófilo Borunda

Apoyo de todos los sectores a la Cruz Roja

A partir de 1992, en la administración sexenal de Francisco Barrio Terrazas, Óscar Fernández Anchondo tomó la batuta. Aprovechó el nuevo esquema de participación público-privado que generó la Fundación del Empresariado Chihuahuense para trasladarlo a la Cruz Roja. De ese modo, pudo recabar el beneplácito tanto de gremios de trabajadores y cámaras empresariales, como de las universidades y de los empleados estatales. Todos ellos desde entonces animan la contribución voluntaria a la Cruz Roja.

Paramédicos voluntarios, bien capacitados, alternan tareas con enfermeras certificadas que cuentan con salarios dignos y prestaciones de ley correspondientes a una labor de excelencia. El resultado ha sido notable. El prestigio de la Cruz Roja ha atraído más recursos privados y se han desarrollado más proyectos sociales. Con Arturo Rodríguez Velarde, presidente durante varios años, la Benemérita se sostuvo como el modelo a seguir a lo largo y ancho de toda la República.

A más de cien años de estar presente en Chihuahua, la Cruz Roja es expresión de la filantropía con calidez y calidad.

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