La violencia y la inseguridad públicas es la mayor plaga de la historia reciente en nuestro país y en nuestro Estado. Siendo una tarea eminente del Gobierno, el apoyo del sector social y privado es necesario e, incluso, ha motivado la creación de un fideicomiso específico (similar al de la Fechac), dedicado a prevenir las causas de esta plaga. Lanzado por Luis Lara Armendáriz, el Ficosec fue dirigido los últimos años por Sergio Ochoa Muñoz, empresario de generación intermedia y nieto de uno de los inversionistas más importantes de Chihuahua.
Chihuahua y la violencia.
Grandes capitanes de empresa, que ya no están con nosotros, como Federico Terrazas y Jaime Creel, reconocían que la empresa chihuahuense se había forjado en medio de duras tempestades. La guerra apache, la Revolución y la guerrilla, fueron antecedentes de inestabilidad, tanto o más complejos que el actual estado de inseguridad, originado por el narcotráfico. Estos terremotos sociales fueron superados por nuevas formas y sistemas de producción, encabezados por otros liderazgos que procrearon etapas de crecimiento como el porfirista, el desarrollo estabilizador o el exportador.
El TLC de 1994 trajo como consecuencia la expansión de la inversión extranjera y el pleno empleo, como hemos comentado previamente. Sin embargo, el control gubernamental que había de los procesos económicos hasta entonces, se diluyó; y el narcotráfico creció también, al grado que el crimen organizado desafió a las corporaciones policiacas. Las diversas estrategias que el Gobierno federal ha ido implementando (control extralegal, disuasión, combate frontal, guerra sintética o condescendencia) no han tenido éxito en el descenso de indicadores delictivos que, al contrario, se elevan cada año, según lo vemos en estudios del IMCO y del IDD-Lat.
La inversión amenazada.
Las reacciones del sector privado local a la ola de violencia de 2008, comenzaron cuando los inversionistas y ejecutivos extranjeros dejaron de visitar nuestro Estado. Se creía que el ritmo de las industrias manufactureras de exportación se vendría abajo. No obstante, al cabo de unos años, se comprobó que la inversión seguía fluyendo y que los ejecutivos globales no requerían estar presentes en Chihuahua. El problema realmente fue para nosotros, porque nuestra calidad de vida descendió sensiblemente.
Una definición de las tareas del Gobierno, es garantizar la paz a través de la administración del monopolio de la violencia legítima, la ley y los cuerpos policiacos. Sin embargo, la impunidad de los delitos es tan alta, que la potestad de las autoridades queda en entredicho. Igualmente, el control territorial de amplias zonas del Estado, por parte del crimen organizado, deja ver que no hay capacidad para ofrecer seguridad al ciudadano.
De este modo, aunque la industria ligera no ha sufrido de manera contundente, otros sectores como el minero, turístico y agropecuario han cedido, literalmente, terreno a las organizaciones delictivas. Los ranchos, haciendas, rutas de excursionismo y esparcimiento o cuencas silvícolas y agrícolas, carecen de orden en ciertas zonas. A nivel nacional se dice que el 30 % del territorio está controlado por los cárteles, cuyas actividades se han extendido a otros sectores como los mencionados.
Sergio Ochoa Muñoz y Norte 30.
Sergio Ochoa Marroquín, ganadero con actividades en Nonoava y Satevó y Luisa Muñoz Olea son los padres de nuestro entrevistado. Ella es hija de Juan Francisco Muñoz, un discreto gran inversionista chihuahuense de dos generaciones anteriores. A su vez, Juan Muñoz era hijo de Jorge Muñoz Terrazas, un muy activo socio fundador del Club Rotario Chihuahua. Habría que mencionar, además que, entre sus antepasados se encuentra la señora Rosa Terrazas Luján, quien heredó a su familia el espíritu de sus votos de pobreza.
Sergio reflexiona, varias generaciones después, que los recursos heredados o procurados deben invertirse a fin de generar bienes para todos y que el empresario puede ser discreto, no obstante la importancia de sus inversiones. Sergio pertenece a una generación intermedia que hace años se identificó como Norte 30, con empresarios como Miguel Guerrero, Federico Baeza o Jorge Cruz, por citar algunos de ellos que se han invertido tanto en los negocios, como en los proyectos sociales. Antes que ellos está la generación del Grupo Avance y, más atrás aún, la de los (ahora) dones.
Sergio nos comenta que, cuando don Luis Lara Armendáriz presidía Desec, se le acercó para aprenderle su saber hacer industrial. Lara le compartió experiencias de la gestión empresarial, de modo que ambos se asociaron para apoyar empresas locales, destinadas a proveer al sector manufacturero de exportación, a través de la firma Blú Capital, Sofom que aplica metodologías inteligentes para financiar emprendimientos con un mayor acierto. Pero también respondieron conjuntamente al problema de la inseguridad pública mediante la gestión del Fideicomiso para la Competitividad y la Seguridad Ciudadana.
El Ficosec.
Establecido como un fideicomiso, a semejanza de Fechac, el Ficosec, no obstante, atiende otros retos. Literalmente: “facilita la implementación de proyectos encaminados a la intervención para la prevención de la violencia y la delincuencia, para el fortalecimiento y la construcción de capacidades institucionales, el estado de derecho y cultura de la legalidad, así como la incidencia de políticas públicas para la seguridad ciudadana.” Son cuatro ejes estratégicos que Luis Lara (presidente fundador), Luis Valles (ex presidente), Jorge Contreras (presidente electo) y Sergio Ochoa (presidente saliente), han perfilado desde sus inicios.
Opera en dos regiones: la Norte con sede en Juárez y Nuevo Casas Grandes; y la Centro-Sur, con base en la capital y oficinas en Cuauhtémoc, Parral y Delicias. Muchas OSC concurren a sus objetivos y reciben apoyos del fideicomiso, que cuenta con un Observatorio y con proyectos emblemáticos como el Centro de Desarrollo Integral, para las familias de nuestros policías.
La generación intermedia de empresarios líderes, asume el reto de la inseguridad que no existió en otros tiempos. Varias generaciones de hombres de negocios trabajan unidas y de manera responsable, así la experiencia se acumula y paulatinamente genera mayores rendimientos sociales y altruistas. Las soluciones al problema de la inseguridad no son fáciles ni rápidas, sin embargo, hoy existen criterios claros para procurar un porvenir más ordenado.
