Tras el cierre obligado por la pandemia del Covid-19, la reapertura de restaurantes en la ciudad quedó marcada por la escasez de clientes y el reto de recuperar las ventas, pues a dos semanas de que se autorizó un aforo del 50%, la respuesta de los chihuahuenses no ha sido la que se esperaba.
Entre mesas vacías y una serie de medidas sanitarias como botellas de gel antibacterial, tapetes sanitizantes y termómetros digitales, es como chefs, meseros, capitanes y demás personal de restaurantes esperan la llegada de los comensales.
Algunos restaurantes como los que se encuentran dentro de la Plaza Platinum, apuestan a recuperar su clientela poco a poco, mientras que otros, como los ubicados en la Plaza del Mariachi, permanecen cerrados, pues aunado a las restricciones, existe incertidumbre por el posible retorno al semáforo rojo.
Un recorrido por la ciudad, a diferentes horas, permitió observar el comportamiento de estos negocios, pudiendo constatar que muchos no han abierto, algunos incluso decidieron abrir cuando se dio a conocer que ya podrían tener un aforo del 50% en área de comedor, sin embargo no ha resultado redituable y muchos prefirieron cerrar de nueva cuenta.
En el caso de algunas plazas como Galerías, que cuenta con área de comedor, o Fashion Mall, también con este concepto, además de algunos restaurantes entre los pasillos de la plaza, permanecen cerrados.
En las pequeñas plazas que se encuentran a lo largo del periférico De la Juventud, Ortiz Mena, Fuentes Mares, y avenida Tecnológico, apuestan los negocios de comida rápida, como hamburguesas, pizzas, ensaladas o tacos, aunque los clientes aún prefieren pedir para llevar.
Por otra parte, están los pequeños restaurantes de comida oriental, que sin duda perdieron clientes desde el inicio de la pandemia del Covid-19, no sólo por el cierre obligado y la crisis económica, sino porque las personas los relacionan directamente con el continente en que comenzó a propagarse el coronavirus.
Además, se encuentran los restaurantes de comida mexicana, española, italiana, o de cortes y mariscos, la mayoría de éstos son pequeños negocios que no han podido resarcir el daño económico de la pandemia, y que aun cuando ya pueden abrir sus puertas, no están exentos de continuar a la baja en sus ventas.
El panorama no es triste sólo para los dueños de estos locales que deben asumir las rentas y el pago de sueldos, sino también para trabajadores como los meseros, cuya ganancia principal son las propinas.
En Chihuahua existe la costumbre de comer fuera de casa al menos una vez por semana, y aunque los días que más gente reciben son el Día de la Madre, del Padre, o el 14 de febrero, se puede decir que durante todo el año estos negocios han tenido ventas suficientes para mantenerse y ser importantes fuentes de empleo.
Luego de semanas de intentar vender comida a domicilio, muchos no obtuvieron el resultado esperado, pues las ventas fueron tan bajas que tuvieron que cerrar por el fuerte gasto que representaban los sueldos de empleados y las rentas de los espacios.
Por otra parte, los locales que cuentan con área de terraza son los que los chihuahuenses han elegido para visitar, y aunque no están a la mitad del aforo entre semana, sí marcan una notoria diferencia con otros que sólo cuentan con área cerrada.
El anuncio del semáforo naranja, que permite una afluencia del 50% dentro de los restaurantes, fue de inicio una buena noticia, pero la realidad ha sido distinta, y es que muchas personas prefieren no salir a comer, algunos por la crisis económica y otros por temor a contagiarse de Covid-19.
Lo cierto es que el panorama para el sector restaurantero aún es incierto; los locales que han decidido abrir lucen casi vacíos a mitad de la semana, pero aún existe la esperanza de que con el paso de los días, los clientes comiencen a llegar al menos durante el fin de semana, pero lo pronto los restaurantes permanecen con poca o nula clientela.
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