“El principal sector manufacturero de Chihuahua es el automotriz, seguido del tecnológico, el aeroespacial, entre otros; lo que nadie ha dicho es que el nuevo tratado está haciendo a Chihuahua y en gran medida a México menos atractivo para la inversión extranjera”, explicó Humberto Ortiz, licenciado en Economía.
Lo anterior, señaló, ya que dicho tratado especifica que cada uno de los países, en cuanto a la producción, debe tener un porcentaje de producción de piezas de hasta el 70%, y si México encarece los salarios de sus trabajadores, así como maneja un alto nivel de incertidumbre, la inversión de ese sector estará migrando.
“Si en Estados Unidos tienes un costo de producción más alto, pero también tienes una certidumbre del 100%, vas a llevar tu empresa hacia ese país; el tema de la automatización en las plantas pudiera ser la respuesta para esa problemática”.
El economista señala que si fuéramos un país con mayor certidumbre comercial como Corea del Sur, el nuevo tratado vendrá a traer muchos beneficios al país, sin embargo, con el nivel de incertidumbre que manejamos, el resultado es opuesto.
“Si fuéramos Corea del Sur estaríamos bailando de felicidad, porque estaríamos hablando de un mar de industrias que vendrían hacia nosotros e incrementaríamos el porcentaje de componentes requeridos para la fabricación de automóviles u otras áreas, etc., pero no somos Corea del Sur, no damos seguridad a las inversiones”.
Aunado a ello, señala que el principal inconveniente que tiene el estado es la falta de una industria que sea ancla de la inversión, como sería una armadora de vehículos, como la que hay en Puebla.
“Con una armadora estarías ‘metiendo toda la carne al asador’ porque es una inversión mayor que llegó para quedarse; pero aquí lo más grande que tenemos es la armadora de motores Ford, pero no es lo mismo que una armadora vehicular”.
Por ello, señala que una directriz que incrementa el sueldo de los trabajadores por encima de los 16 dólares, en un país que no tiene certidumbre de inversión, es una mejor opción mudar la inversión de regreso a su país de origen.
“Eso está bien en Jalisco, en Puebla, en Querétaro, en Guanajuato, que son lugares donde están las armadoras, donde incluso se puede aumentar el salario por encima de los 30 dólares, pero aquí en Chihuahua no”.
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